“El mercado demanda vinos frescos y con menos grados: es el momento de Galicia”

Entrevista a Luis Seabra, enólogo y productor de vinos del Douro y de Alvarinho bajo su propia marca “Cru”. Asegura que “la tendencia en los últimos años a elevar la altura de las cepas influyó más en la viticultura que el cambio climático”

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“El mercado demanda vinos frescos y con menos grados: es el momento de Galicia”

Luis Seabra. Foto: Ingavi

Luis Seabra es uno de los enólogos y bodegueros más reputados de Portugal. Desde hace dos años impulsa su propio proyecto bajo la marca “Cru”, tanto de la región del Douro como de Melgaço y Monço. “Creo que tenemos que hacer vinos que digan de donde vienen, más que de la variedad, vinos crudos y puros”, subraya.

Acaba de visitar Santiago de Compostela para impartir un curso sobre la riqueza vitivinícola de Portugal, -el país con más variedades autóctonas de vid, junto con España- dentro del Curso Superior de Sumiller Profesional que imparte el Instituto Galego do Viño (INGAVI).

¿En que se pueden diferenciar los vinos gallegos para competir en un mercado globalizado hasta cierto punto saturado de marcas y de vinos de todas las partes del mundo?
Conozco los vinos gallegos y pienso que están pasando una fase muy buena, que se debe aprovechar para corregir aquellas debilidades o deficiencias que existan en el sector.

El mercado global está demandando vinos distintos y, sobre todo los consumidores de Estados Unidos, demanda vinos con menos graduación alcohólica, más frescos y más auténticos. Y pienso que este es el momento para que Galicia muestre sus vinos atlánticos, que responden a esas demandas de vinos con carácter y que demuestran de donde vienen.

 “El mercado demanda vinos más frescos y con menor graduación: es el momento de los vinos gallegos”

Cada mercado es diferente, pero siempre digo que tenemos que ser auténticos y diferentes: hacer el vino que nos gusta y luego buscar el consumidor al que le guste nuestro vino.

Para los vinos gallegos pienso que son interesantes todos los países con unos mercados de vino más desarrollados, que buscan vinos distintos y que empiezan a distanciarse del consumo de vinos más potentes y alcohólicos.

Afirmas que el vino debe reflejar el terroir de donde procede, más que la variedad….¿A que te refieres?
Una variedad la puedes plantar en muchos sitios, pero lo único que no pueden quitarte y reproducir en otra parte del mundo es la tierra, es Galicia en este caso. Es decir, se puede cultivar Alvariño en Australia o en California, pero lo que nunca van a poder reproducir es el territorio: las Rías Baixas.

Esto no es una cuestión menor. En Portugal también se produce Alvariño de forma tradicional en Melgaço y Monçao, pero lo que los viticultores vendían era la variedad Alvariño y no el terroir donde se producía. Hasta ahora solo Monçao y Melgaço podían utilizar la mención Alvariño en sus etiquetas pero ahora cualquier productor de la región de los Vinhos Verdes puede utilizarla sin distinción.

¿En que medida debe intervenir el enólogo para no alterar el terroir?
Desde mi punto de vista el enólogo tiene que contribuir a elaborar un vino auténtico. Inevitablemente va a haber una influencia humana que hará de ese vino algo personal del enólogo, pero debe hacerse influyendo lo menos posible en la producto del terroir, en la uva. Sé que esto es el más difícil, pero va a ir creando su mercado y su propia tendencia.

“La tendencia fue a elevar la altura de las cepas y eso influyó más en la viticultura que el cambio climático”

Se habla mucho de la influencia del cambio climático en la viticultura, sobre todo en el aumento de la graduación alcohólica. Sin embargo, tú aseguras que esto se debe más a los cambios en la viticultura que al cambio climático. Explícate…
Las técnicas de viticultura, en la búsqueda de la eficiencia y de más rendimiento, llegaron a ser eficientes de más, en mi opinión. Pienso que hay que adaptar el sistema de poda y de conducción a la realidad de cada territorio. En los últimos años la tendencia general fue a elevar la altura de las cepas, porque eso suponía más hojas, más grados y más consumo de agua por la planta, abandonando sistemas más tradicionales como el de vaso, y esto llevó a aumentar la graduación alcohólica.

A diferencia de España, en Portugal se está manteniendo precios de exportación del vino más altos. ¿Cuál es la clave?
Portugal es un país pequeño y con bajas productividades de las viñas. No podemos competir, por tanto, con el vino barato, sería el camino equivocado. Aunque tenemos mucho en lo que mejorar, apostamos por la calidad y por la diferenciación, y pienso que esa también es la clave para Galicia.

¿Existe el buen y el mal vino o es una valoración muy subjetiva?
Es algo muy subjetivo. Antes había malos vinos por deficiencias en la higiene o en la calidad, pero hoy es muy difícil encontrar un mal vino por esos problemas. Para mí hoy un mal vino sería un vino sin alma, sin carácter, muy técnico. Por el contrario, considero que el buen vino es, ante todo, equilibrio.

“Para mí el buen vino es, ante todo, equilibrio”

¿Por qué crees que no bajó el consumo de vino en Portugal y sí en España?
La verdad es que no sé. En Portugal en la década de los 80 hubo un movimiento contra el vino, contra el consumo excesivo y a menudo de vino de mala calidad. Las nuevas generaciones no querían ser como las anteriores que bebían gran cantidad de vino a granel y barato. Contrastaba esto con los tiempos de la Dictadura donde se decía que “beber vino era dar de comer a un millón de portugueses”.

Toda esta campaña contribuyó a la bajada del consumo de vino y al aumento de la calidad y del precio del mismo. Hoy el consumo de vino en Portugal está estrechamente relacionado con la comida, algo que permite mantener un consumo per cápita alto en comparación con España, donde gran cantidad del consumo es de copas en bares.

Hay viticultores que demandan mucha más flexibilidad en las Denominaciones de Origen ¿Que opinas?
Cada caso es diferente. Creo que las denominaciones deben proteger las variedades y las prácticas locales, porque este es el legado que le dejaremos a la siguiente generación. Sin embargo, hay que dejar que los productores trabajen con cierta libertad, porque son ellos los que conocen a sus clientes.

“En las DO´s hay que dejar que los viticultores trabajen con cierta libertad, porque ellos son los que conocen a los clientes”

La vida es innovación, y no siempre tiene que haber un conflicto en la relación entre tradición y modernidad. El presente siempre se hace de pasado y de futuro.

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Uii….muchos!! Rías Baixas fue capaz de reinventar el Alvariño en vinos de alta calidad; el Ribeiro lo conozco peor, pero me mostró una gran cantidad de buenas sorpresas. Pero mi corazón está en la Ribeira Sacra, desde que hice vino allí por primera vez en el año 2008.

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