El proyecto Resfarm implantará energías renovables en granjas intensivas y comunidades de regantes

La iniciativa, coordinada por Unións Agrarias, busca ahorrar costes en las explotaciones. Los productores interesados en instalaciones como placas fotovoltaicas o calderas de biomasa pueden asesorarse con los socios gallegos del proyecto

El proyecto Resfarm implantará energías renovables en granjas intensivas y comunidades de regantes

Jacobo Feijoo, en rueda de prensa.

El sector agrario de España, Italia y Portugal trabaja en conjunto en un proyecto europeo, Resfarm, que busca agrupar explotaciones en las que sea rentable la implantación de energías renovables. El objetivo para este año consiste en asesorar a los productores interesados, de cara a configurar un grupo de volumen suficiente para negociar con fondos de inversión.

La meta para final de año se sitúa en sumar proyectos por un mínimo de 100 megawatios instalados, una potencia similar a la de dos parques eólicos grandes. Sobre esa base, los socios de la iniciativa Resfarm, coordinada por Unións Agrarias, negociarán con posibles inversores de cara a lograr una financiación a tipos de interés bajos.

La idea es que las explotaciones participantes puedan implantar sistemas de energías renovables pagando una cuota anual, hasta la amortización de las instalaciones, inferior a su actual factura eléctrica.

Explotaciones interesadas
El acceso a las energías renovables ofrece una oportunidad para reducir el coste eléctrico en el campo. Las posiblidades actuales son limitadas, pues la legislación española penaliza el autoconsumo energético si se comercializa la energía sobrante, pero aun así, hay explotaciones para las que sería rentable la instalación de renovables con el único fin del autoconsumo.

«En cuanto cambie la legislación, las energías renovables se extenderán como un ‘tsunami’ en el rural» (Jacobo Feijoo, Unións Agrarias-Upa)

Desde Unións Agrarias identifican principalmente dos grupos de interés. Por un lado, granjas intensivas (pollos, porcino, etc.), que podrían utilizar placas fotovoltaicas para la ventilación de las naves en verano, y calderas de biomasa para la calefacción del invierno. Por otro lado, comunidades de regantes, que podrían instalar paneles fotovoltaicos para bombear agua a una balsa de riego.

Sin las actuales penalizaciones a la venta de la energía sobrante a la red, la instalación de placas fotovoltaicas sería también de interés en las granjas de vacuno. Ahora no es viable en la mayoría de los casos, si bien el secretario de Desarrollo Rural de Unións Agrarias, Jacobo Feijoo, da por hecho que en un futuro cambiarán las relaciones de poder y, por tanto, el marco normativo: “En cuanto cambie la legislación, las energías renovables se extenderán como un ‘tsunami’ en el rural”, pronostica.

Los productores interesados en valorar las posibilidades que tienen las energías renovables en su caso pueden contactar con los socios gallegos del proyecto Resfarm. Aparte de Unións Agrarias, que coordina la iniciativa con el conjunto de socios agrarios, tecnológicos y financieros que participan en la misma, también figuran en Galicia la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) y el Sindicato Labrego Galego.

Propuestas para cambiar el marco legal
El grupo de trabajo de Resfarm, integrado por entidades de España, Italia y Grecia, tiene previsto trasladarle este año una serie de propuestas a la Comisión Europea para mejorar el marco legal de las energías renovables. Unións Agrarias, además de pedir la modificación de la legislación española, le sugerirá a la Comisión Europea que tenga en cuenta los proyectos de energías renovables a la hora de medir la huella de carbono de las explotaciones, esto es, sus niveles de emisiones de gases de efecto invernadero.

Se espera que en el próximo periodo de la Política Agraria Común (PAC), a partir del 2020, las ayudas europeas al campo estén condicionadas a una reducción de la huella de carbono de las explotaciones. Unións señala que todos aquellos productores con proyectos de energías renovables verían reducida su huella y, a mayores, le sugerirá a la Comisión que los sistemas de energías renovables puntúen positivamente para el acceso a determinadas ayudas, como el pago verde (greening).

La organización agraria recuerda también que la Comisión Europea fijó para 2030 un objetivo de un consumo del 27% en energías renovables, cuando actualmente, en el caso de España, sólo se llega al 15,6%.

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