La Asociación Galega de Viticultura está organizando las jornadas “Beber do país», una iniciativa con la que pretenden potenciar el consumo de vinos gallegos en el sector de la restauración en Galicia.
Y es que, según Roberto Rivas, presidente de esta entidad vinculada a la Federación Rural Galega (Fruga), hay aún mucho margen para potenciar el consumo de los vinos gallegos en el propio país, especialmente de los tintos.
Formas parte de la cooperativa Viña Moraima ¿Cómo te iniciaste en el sector de la viticultura y porque decidiste formar parte de la Asociación Galega de Viticultura?
Mi inicio en la viticultura fue después de finalizada la carrera de Historia, tuve que tomar la decisión por enfermedad de mi padre, y empezar a hacerme cardo de una explotación pequeña pero con muy buenas condiciones. La creación de la Asociación Galega de Viticultura fue una decisión de un grupo de personas que veíamos la necesidad de crear una herramienta no solo sindical y de defensa de los viticultores, sino que englobará también a las pequeñas bodegas, y que sobre todo tuviera una visión global de todo el País vitícola.
Lleváis varios años con el iniciativa «Beber do País». ¿Cómo surgió este proyecto y cuál es la evaluación que hacéis?
Fue una idea que surgió ante la masiva presencia que veíamos de vinos foráneos en la restauración, que dependía en gran manera del desconocimiento por parte de los consumidores de nuestros vinos. En cuanto a blancos, no hay duda que somos de los mejores del mundo, pero también los tintos han dado en los últimos años un salto de calidad importante.
¿Los vinos gallegos tienen aún margen para incrementar las ventas en la propia Galicia?
Pienso que sí, sobre todo en cuanto a los tintos hay mucha cancha para crecer, y no solo en cuanto a los mencía, sino y sobre todo si hablamos de variedades minoritarias de una gran calidad, como Sousón, Caíño Tinto, Brancellao….etc.
¿Sigue imperando la «Riojitis» o los tintos gallegos también se van abriendo camino en la propia tierra?
Cada vez menos, pero sigue habiendo “Riojitis” y “Riberitis” pues estas dos zonas tienen un aparato de distribución muy potente en nuestro país.
Se habla de que los vinos gallegos están viviendo uno de sus mejores momentos, siendo cada vez más valorados y reconocidos, tanto dentro como fuera. ¿Compartís esta percepción?
Sí, nuestros vinos son muy reconocidos fuera. De hecho, los entendidos en vinos vienen a Galicia en busca de la frescura de nuestros vinos, porque el perfil atlántico es muy apreciado fuera. Hay que decir que la acidez de nuestros vinos es de manera natural, mientras que en otras zonas vitícolas la tienen que hacer de manera química.
“Es muy importante que el sector del vino se mantenga en manos de gallegos y evitar que pase cómo en el lácteo”
¿Cuáles son, según la Asociación Galega de Viticultores, los retos a los que se enfrenta la viticultura en Galicia en los próximos años?
Seguir elaborando con calidad, seguir recuperando variedades olvidadas y sobre todo que el sector elaborador se mantenga en manos de gallegos. No seria bueno que hubiera un desembarco masivo de bodegas de otras latitudes. Una de las grandes fortalezas es que el sector elaborador esta en manos de gente de aquí, solo hay que ver la comparación con el sector lechero y ver cuál es su situación.
La población de viticultores está bastante envejecida. ¿Corremos el riesgo de perder superficie vitícola en los próximos años si no hay relevo generacional?
Eso sí que es un problema grave. Vemos como muchas riberas van quedando sin gente y está habiendo abandono, por lo que hay que hacer todo lo posible para que no se pierda esa superficie y hay que favorecer el alquiler, sea con el Banco de Terras o con otras herramientas. También es preocupante que se pierdan cepas muy viejas o variedades minoritarias, son nuestro patrimonio que hay que transmitir a las nuevas generaciones.
¿Cómo ves la viticultura en Galicia dentro de 10 años: habrá solo bodegas profesionales y desaparecerá la viticultura a tiempo parcial?
La tendencia es a la profesionalización, pero cada vez más estamos viendo pequeños proyectos de poca producción que garantizan vinos muy diferenciados y muy bien aceptados por el mercado. Considero que nos tenemos que acostumbrar a la doble vía.
En Borgoña, en Burdeos y en otras regiones vitícolas están revalorizándose los vinos de autor, con producciones limitadas. ¿Que hace falta para que valoremos también a nuestros cosecheros?
Aquí también se están elaborando vinos de parcela, elaboraciones especiales, ecológicos, biodinámicos, etc. Lo que pienso es que las Denominaciones de Origen se tienen que poner las pilas e integrar estos vinos en su seno.
¿Cuáles son las tareas pendientes del sector en Galicia y también de la propia administración?
El sector tiene que seguir apostando por la calidad, pues en cantidad y precios bajos no podemos competir con otras partes del mundo. Y seguir recuperando variedades minoritarias.
La administración debería apoyar el reconocimiento de esas variedades, cuidar de que no se pierda potencial vitícola y buscar algún tipo de protección para zonas que aún están sin ella, como por ejemplo Negueira de Muñiz, A Baixa Limia, etc.
“Hay un potencial enorme para los tintos gallegos, pero sigue habiendo mucha Riojitis y Riberitis”
En algunas denominaciones de origen gallegas se cifró en más de un 60% los viñedos dañados por las heladas de abril, pero la cosecha no bajó más de un 30%. ¿No resulta contradictorio?
Se hizo un muy buen trabajo después de las heladas, hubo muchos viticultores que volvieron a podar, y el clima ayudó mucho a que esas uvas hayan madurado sin problema.
Este pasado fin de semana cientos de viticultores se manifestaron en Santiago para exigir ayudas «efectivas» por las heladas. ¿Cómo valoráis la respuesta de la Administración para los viticultores afectados por las heladas?
Si hay ayudas para otros sectores también las tiene que haber para la viticultura, sobre todo porque los viticultores son en muchos casos los únicos que mantienen un medio rural vivo en determinadas comarcas. No podemos dejar todo en manos de los Seguros Agrarios, sobre todo porque son minoritarios en Galicia, porque no están pensados para aquí y no solucionan nuestra problemática.
¿Algo más que quieras añadir?
Solo me queda pedirle a los consumidores que se acuerden de nuestros viticultores y bodegueros cada vez que tomen o regalen vinos, también se puede hacer País consumiendo nuestros productos.