El maíz y el viñedo son dos de los cultivos sobre los que se están realizando investigaciones en Galicia para conseguir variedades más resistentes a los hongos. Estos estudios se incluyen en los 14 nuevos proyectos que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está desarrollando en la comunidad en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica de Innovación 2017 – 2020.
En concreto, en el caso del maíz, el proyecto está coordinado por la Universidad de Vigo y las investigadoras Rosa Ana Malvar y Ana María Butrón están estudiando la mejora genética de la resistencia y los mecanismos de defensa del maíz frente a plagas como el taladro o la contaminación del grano con micotoxinas.
En el viñedo, los trabajos, liderados por la investigadora Carmen Martínez, se centran en la puesta en valor de variedades minoritarias de uva por su resistencia a enfermedades fúngicas derivadas del cambio climático. Además, estas variedades contribuyen a diversificar la viticultura y la enología. Uno de los tres subproyectos que están desarrollando se centra en conocer la sensibilidad de 51 viníferas españolas a afecciones como el mildiu y el oídio y su respuesta frente a los hongos que las provocan.
Por otra parte, en el ámbito de la viticultura, la investigadora Eva Balsa está llevando a cabo estudios sobre las dinámicas del metabolismo de las levaduras híbridos en las fermentaciones del vino. Esta investigación procura comprender en detalle las diferencias en fermentación y los atributos de los vinos obtenidos empleando distintas especies de levadura. Además, buscan diseñar nuevas levaduras para lograr los atributos deseados en el vino.
El sector forestal es otra de las áreas en las que se están llevando a cabo investigaciones para la mejora genética y contar con ejemplares más resistentes. Los investigadores Luis Sampedro y Rafael Zas abordan el estudio de la resilencia de los pinos mediterráneos en un ambiente cambiante. En uno de sus subprouectos, coordinado con la Universitat de Lleida y el Centro de Investigación Forestal, están tratando el papel de la evolución de los fenotipos de defensas químicas y físicas en diversas especies de pinos mediterráneos y sus respuestas al clima. También están abordando la diferenciación entre poblaciones al desarrollar síndromes adaptativos.
En la Misión Biológica de Galicia, donde 5 de los 7 grupos de investigación recibirán más de 900.000 euros de financiación de este plan estatal, también se están desarrollando estudios centrados en otros cultivos. Así, el trabajo liderado por las investigadoras Elena Cartea y Pilar Soengas aborda la mejora genética y los mecanismos de resistencia y defensa contra plagas y enfermedades en cultivos hortícolas de brásicas, una familia entre las que se encuentran cultivos como el repollo, la coliflor o la mostaza, entre otros.
La investigadora Marta Francisco también está trabajando con cultivos de brásica para obtener información sobre el papel del reloj que sincroniza la fisiología endógena de la planta con los ciclos ambientales de luz y oscuridad en la defensa de las plantas frente a los depredadores herbívoros.
El cultivo de la patata es el eje central de otra de las investigaciones que se están llevando a cabo en la Misión Biológica de Galicia. El investigador Xoaquín Moreira trabaja sobre la comunicación entre plantas mediante compuestos orgánicos volátiles. Conocer esta comunicación puede servir para llevar a cabo estrategias para el control de plagas y enfermedades de la patata. Sus trabajos están centrándose en tres aspectos: la identidad genética de la planta hospedadora, la identidad de los diferentes insectos herbívoros y patógenos que atacan la planta y la disponibilidad de nutrientes en el suelo en el que se desarrollan las interacciones.