“En cada botella de nuestro vino está también el duro trabajo de la viticultura en la Ribeira Sacra»

Hablamos con Juan Carlos Varela Aguiar, responsable de la bodega familiar SAT Virxe dos Remedios, en la que se elabora el mejor vino tinto de Galicia en este 2023. Conocemos cómo trabajan en esta bodega que apuesta por la calidad apegada a la tradición en el manejo de las viñas

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El tinto Viña Vella elaborado por la bodega SAT Virxen dos Remedios, de O Saviñao (Lugo), es el mejor tinto de Galicia en este 2023. Conocemos de mano de Juan Carlos Varela Aguiar, responsable de la bodega y uno de los socios de esta SAT cómo trabajan en su día a día para lograr estos buenos resultados.

En esta bodega familiar la apuesta es clara por la tradición y por los viñedos, así como su compromiso por contribuir a mantener viva la zona y conservar el patrimonio natural, clave para la producción vitícola.

-Sois una bodega familiar, ¿cuéntanos cómo comenzó SAT Virxen dos Remedios?
-Comenzamos con el germen de la Denominación de Origen Ribeira Sacra. En aquel momento veíamos que estaban quedando los viñedos abandonados, porque no había salida ni para la uva ni para el vino. Entonces decidimos fundar la bodega para darle salida a nuestra propia uva y al excedente que podían tener los vecinos de estos pueblos alrededor.

-¿Cuántos productores formáis la SAT?
-En la SAT somos 9 socios, mi madre y todos sus hermanos, un primo mío y yo. Además le compramos uva a viticultores de la zona. Así es que hoy en día estamos trabajando con unos 50 viticultores. El 95% de estos viticultores son gente mayor. Debemos tener unos 5 o 6 que no estén jubilados. Estos viticultores tienen las viñas para autoconsumo y nosotros le compramos el excedente que les sobra. No tenemos ningún viticultor que se dedique exclusivamente a la viticultura.

-Os situáis en Diomondi, en O Saviñao, en pleno corazón de la Ribeira Sacra, ¿qué tiene de especial esta zona para la producción de vino?
-Cualquiera que se acerque aquí puede ver que lo que tiene de especial, en gran medida, es el paisaje, que junto con la orientación, los suelos que tenemos y las variedades que trabajamos hacen un vino diferenciado con respeto de otras zonas productoras.

“Manejamos unas 4 hectáreas de viñedo, el problema es que están repartidas en más de 40 parcelas y la mayoría tienen accesos complicados”

-¿Qué superficie de viñedo manejáis y con qué variedades trabajáis?
-La bodega y los socios manejamos unas 4 hectáreas de viñedo, el problema es que están repartidas en más de 40 parcelas y la mayoría tienen accesos complicados. A muchas de las parcelas podemos acceder solo con tractor y malamente.

-Al situarse en bancales con tanta pendiente, ¿cómo es el manejo que hacéis de la viña? ¿Tenéis algún tipo de mecanización en los viñedos o todo debe hacerse de manera manual?
-El trabajo en sí de la viña es todo manual, desde la aplicación de los tratamientos, la poda o la vendimia es manual. Solo en algunos casos, en aquellas viñas que tenemos más accesibles, en la vendimia podemos ayudarnos de una carretilla de orugas, el resto de las uvas tenemos que sacarlas cargándolas a la espalda. Todos los trabajos tenemos que hacerlos de manera manual, no tenemos ningún tipo de mecanización posible. En los últimos años y en aquellos viñedos en los que es posible estamos comenzando a echar mano de mangueras para aliviar algo trabajos como la aplicación de fitosanitarios, que se hacía siempre con la mochila cargada a cuestas. Con todo, aún sin el peso del producto, sigue siendo una aplicación manual que requiere mucho esfuerzo físico.

“Dentro de cada botella no solo hay vino, sino el trabajo duro que supone cultivar el vino en este entorno”

A veces la gente no entiende que un Mencía de la Ribeira Sacra cueste más que el de otras zonas, pero hay mucho trabajo duro detrás. Dentro de cada botella no solo va vino, sino el trabajo duro que supone cultivar el vino en este entorno. Los vinos de la Ribeira Sacra es una manera más de conservar el patrimonio.

-¿Hubo y hay mucho abandono de los viñedos?
-Sobre todo a comienzos de los 80 hubo mucho abandono de los viñedos. Masas forestales que hoy se encuentran al lado de los viñedos en otros tiempos también tenían viñas. Nosotros de hecho, hubo algún viñedo que hemos recuperado. En concreto, tenemos un viñedo singular, que se encuentra en la parte alta de la ladera, al lado de un castro, que había heredado mi padre y que una vez que perteneció a la familia decidimos recuperar. Arrancamos los árboles que había, rehabilitamos los muros de los bancales y la plantamos totalmente de nuevo. Ese trabajo también se hizo de manera manual, sin maquinaria. Hoy en día está quedando más viñedo abandonado del que se recupera, debido al envejecimiento de los viticultores que hay.

-¿Cuánto tiempo se prolonga la vendimia y cómo se realiza con estas limitaciones?
-La vendimia se prolonga entre 15 o 20 días, pero no por tenerla que hacer en estas condiciones, ya que sino sería cuestión de contar con más gente. Esos plazos son más bien porque la maduración también va siendo paulatina, no maduran al mismo tiempo aquellos viñedos que se encuentran más cerca del río que aquellos que se encuentran a una determinada altura en la ladera, de manera que la maduración y la vendimia son paulatinas. En nuestro caso como elaboramos blanco y tinto, comenzamos siempre antes por el Godello, que es la uva que madura más temprano, para luego ir pasando a las otras variedades, a medida que van alcanzando la maduración óptima.

-¿Sacáis algunas de las uvas por el propio río?
-No. En nuestro caso la mayor parte de los viñedos están situados en media ladera y llevarlas al río nos resultaría tan complicado como llevarlas a la bodega. Hoy en día es testimonial la uva que se saca por el río, ese era un sistema empleado en aquellos viñedos que se encontraban más próximos y antes de hacerse algunos de los caminos de acceso que hoy hay.

-¿Cuánta gente trabajáis en la bodega, tanto habitualmente como en épocas de mayor carga de trabajo?
-Durante buena parte del año solemos hacer el trabajo los propios socios. Durante la vendimia empleamos a 5 o 6 vendimiadores.

“Lo que tiene de especial nuestro vino es que cuándo lo bebes te recuerda a la zona”

-El trabajo duro en el viñedo parece que también da sus frutos, este año vuestro Viña Vella Mencía se ha vuelto a coronar como mejor vino de Galicia. ¿Qué destacarías de este vino?
-Creo que lo que tiene de especial nuestro vino es que cuándo lo bebes te recuerda a la zona. Se nota que es Mencía y los suelos y la orientación también le imprimen carácter. Intentamos hacer la mayor parte del trabajo en la viña, que la calidad de la uva sea la mejor posible y en la bodega simplemente elaborarlo y reflejar lo que sale de la viña. Es un vino sin artificios, pero franco.

-En el caso del blanco Viña Vella optáis por un plurivarietal. ¿Qué variedades tiene y por qué os decidisteis por ellas?
-Hace años no era así, pero ahora nuestros blancos están compuestos mayoritariamente por Godello, sobre un 85%. El resto, a partes iguales, es Treixadura y Albariño. Escogemos estas variedades porque son las que tenían nuestros proveedores. Cuando comenzamos, de alguna de las variedades teníamos poca cantidad y decidimos no hacer monovarietales de cada una de ellas y por eso comenzamos a elaborar este multivarietal. Creo que fue una decisión acertada, porque unas variedades se complementan con las otras.

Los vinos Viña Vella blanco y tinto que elabora la bodega. // Imagen Iago Seoane.

Los vinos Viña Vella blanco y tinto que elabora la bodega. // Imagen Iago Seoane.

-¿Qué producción tenéis tanto del blanco como del tinto?
-Aunque varía en función de la cosecha, en el caso del tinto, en la última cosecha rondamos los 50.000 litros y del blanco tenemos unos 15.000 litros.

-Al margen del manejo del viñedo, ¿cómo es el proceso de elaboración en la bodega? ¿Apostáis también por manteneros fieles a la tradición o aquí echáis mano de más tecnología?
-Respetamos al máximo posible a uva, para que el vino refleje lo que tenemos en viñedo. Cada vez tendemos más a hacer una elaboración tradicional, pero utilizando métodos y tecnología modernos. Llevamos años trabajando con el enólogo Julio Ponce Mouriño e intentamos acercarnos a los vinos de la zona y a sus características.

“Nuestra producción se vende en Galicia, aunque también exportamos algo al resto de España y a países como Estados Unidos, Alemania o Perú”

-¿A qué mercados estáis dirigiendo vuestros Viña Vella?
-Mayoritariamente nuestra producción se vende en Galicia, aunque también vendemos algo al resto de España y al extranjero. Así tenemos también algo de mercado en Cataluña, Baleares y hemos mandado vino a Estados Unidos, Holanda, Alemania, Rumanía o Perú. Son cantidades pequeñas porque también cuesta que nuestros vinos lleguen a mercados donde no son conocidos.

-Uno de los retos del campo y sobre todo de la viticultura en zonas como la Ribeira Sacra, que exige uno manejo manual, es la falta de relevo. ¿Cómo os afecta personalmente? ¿Tenéis relevo y encontráis gente para trabajar en la bodega?
-El problema es grave. Ya no es que no encuentres gente para la vendimia, sino que para algún trabajo puntual que precises mano de obra como puede ser la poda es casi imposible encontrar gente y menos que esté un poco preparada para trabajar en el viñedo. En cuanto al relevo en la bodega, está un poco complicado, ya que las nuevas generaciones parece que no apuestan, por lo menos por ahora, por el viñedo.

“Cuando comenzamos, nuestra ambición era contribuir a mantener vivo el paisaje y así queremos seguir, aunque no nos hagamos ricos con la bodega”

-Con la candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio de la Humanidad se veía más cerca el turismo y la viticultura. ¿Vosotros valoráis también acercaros más al etnoturismo y a recibir visitas en la bodega?
-Puede ser una salida. Si el turismo se mueve y la economía marcha bien puede haber más posibilidades para que la gente quiera quedarse aquí. También es cierto que en este tipo de candidaturas debiera de contarse más con la gente de la zona, para que después no solo se traduzca en inconvenientes o restricciones para los que habitamos aquí y estamos manteniéndola viva, que haya también ventajas.

-¿Qué perspectivas de futuro tenéis a corto plazo en la bodega?
-Llevamos años estabilizados en cuanto a la producción que manejamos y ya cuando comenzamos nuestra ambición era contribuir a mantener vivo y preservar el paisaje y el entorno. Nuestra intención es seguir en esa línea, que la bodega de para mantenerse, aunque no nos hagamos ricos con ella.

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