El Laboratorio Interprofesional Galego de Análise do Leite (LIGAL) es una Asociación sin ánimo de lucro, creada en junio de 1989, en la que tienen presencia paritaria los representantes del sector industrial y productor de la leche de Galicia.
La actividad principal del laboratorio son los análisis de las muestras de leche cruda para la determinación de su composición y calidad higiénico-sanitaria, siendo una herramienta fundamental tanto para el pago por calidad como para el Control Lechero.
El carácter multiservicio del laboratorio busca dar respuesta a las necesidades del sector lácteo en su conjunto, implementando desde su creación servicios adicionales como analítica de forrajes, calidad del agua o identificación de patógenos causantes de la mamitis.
El LIGAL analiza una media de 10.000 muestras diarias
El número de muestras anuales realizadas con los equipos de alto rendimiento del laboratorio asciende a 3,1 millones, con un promedio por día de trabajo en el entorno de las 10.000 muestras procesadas. Conocemos más en detalle su trabajo.
– ¿Cuál es la función que juega el LIGAL en el sector lácteo gallego?
– La función principal por la que se crea el LIGAL era dar una respuesta independiente y transparente a las distintas partes, tanto a los productores como a las industrias, pero con el paso de los años nos hemos convertido en un laboratorio multiservicio e intentamos dar una respuesta lo más integral posible al conjunto del sector lácteo gallego.
Nuestra actividad principal siguen siendo las analíticas de la leche producida en las explotaciones lácteas para el establecimiento del pago por calidad diferencial. Un día de trabajo normal en el LIGAL analizamos en el entorno de las 10.000 muestras, sobre las que se obtienen casi 80.000 resultados paramétricos que emitimos a nuestros clientes, principalmente ganaderos y operadores lácteos.
Nuestras analíticas se pueden dividir en dos grandes bloques: uno sería la composición físico-química de la leche (contenido graso, proteico, etc) y el otro el paquete de calidad higiénico-sanitaria y de control de residuos en la leche.
– De los análisis del LIGAL depende en buena medida el precio final de la leche que cobran las explotaciones. ¿Pueden estar tranquilos los ganaderos gallegos de la imparcialidad y fiabilidad de los resultados?
– Absolutamente. La imparcialidad está fuera de toda duda. El LIGAL se crea en el año 1989 para dar una respuesta a la problemática de las muestras de la leche, que hasta ese momento estaban solo en las manos de la industria, es decir, para que el análisis fuese fiable, independiente y trazable. Además, supuso la incorporación del resto de parámetros del pago por calidad hasta ese momento no incluidos en el sistema.
El poder en los órganos de dirección desde la creación del LIGAL está repartido al 50%. En consecuencia, para que algo sea aprobado en el seno de la Junta Directiva o de la Asamblea tiene que ser apoyado por el 75% de los votos, lo que lleva a que tiene que haber consenso entre ambas partes, una parte no tiene capacidad para imponer ninguna decisión a la otra.
Los ganaderos pueden estar absolutamente tranquilos con la imparcialidad y la fiabilidad de los resultados
En relación a la fiabilidad, buena parte de nuestros ensayos, no solo la totalidad de los de pago por calidad, sino también muchos otros, están acreditados por la ENAC. Están referenciados a normas internacionales y este organismo, la Entidad Nacional de Acreditación, acredita que se hacen las cosas correctamente. Eso es un indicativo claro de nuestra apuesta por la calidad e independencia y de que hay una absoluta trazabilidad y transparencia en los procesos de análisis.
– Los ganaderos se quejan de que la toma de muestras y el sistema de custodia está en manos de las industrias que les recogen la leche. ¿Hay garantías suficientes para el productor?
– El sistema de toma de muestras está regulado por un Real Decreto de obligado cumplimiento, que dice, entre otros aspectos, cómo hay que hacer la toma de muestras en las explotaciones y cómo tienen que ser transportadas hasta los operadores. Desde nuestra óptica, el sistema funciona razonablemente bien, pero siempre puede haber algunos matices a mejorar.
De hecho, estamos trabajando sobre un nuevo bote y los automatismos internos asociados, que va a aportar nuevas garantías e información adicional que creo que nos va a permitir dar un salto cualitativo en ese sentido.
A lo largo de este año mejoraremos el sistema de toma de muestras en las explotaciones y su trazabilidad; tendremos un nuevo bote que va a aportar más garantías e información adicional
Llevamos tiempo trabajando en este nuevo sistema y yo confío que a mediados de año o en el tercer trimestre podamos implementarlo, aunque durante algún tiempo coexistirán los dos sistemas. Su puesta en marcha nos va a obligar a hacer cambios también en el sistema automatizado de análisis de las muestras.
– En algunas ocasiones se ha demandado un sistema de doble muestra lacada, una de ellas para el ganadero, como existe por ejemplo en otras comunidades. ¿Por qué no se implanta?
– Es un sistema complejo. Está implantado en Castilla-La Mancha, por lo tanto, con muchas menos explotaciones que aquí, donde estamos focalizados en los 6.000 productores lácteos de bovino, mientras que allí trabajan sobre todo con oveja y cabra.
En el LIGAL aseguramos los procesos de análisis de las muestras que recepcionamos en el laboratorio, no hacemos directamente ni la toma de muestras ni el transporte hasta los operadores. Como indiqué antes, estas fases están reguladas por el Real Decreto de referencia.
Pero no quiere esto decir que el LIGAL no actúe sobre ellas. De hecho. actuamos sin previo aviso a las partes por medio del servicio de inspección, tanto en paralelo sobre las rutas como en el muelle de descarga en la industria, verificando aleatoriamente los aspectos normativos de toma de muestra y control de temperatura de transporte.
Cualquier productor que tenga algún tipo de duda sobre su resultado analítico puede llamar al LIGAL y nosotros actuamos de oficio sobre esa explotación tomando una muestra de contraste
Dentro de las rutinas de análisis de esas 10.000 muestras que se están analizando diariamente entre pago por calidad y Control Lechero tenemos un control estadístico en tiempo real sobre las muestras. Es decir, a medida que se están haciendo los análisis se están referenciando a los datos que tenemos de la explotación para ver si se desvía significativamente o no de su población de referencia.
Además, cualquiera de las partes puede llamar al LIGAL si tuviese algún tipo de duda sobre su resultado analítico y nosotros actuaríamos de oficio sobre esa explotación tomando una muestra de contraste para verificar si es coincidente con la población que tenemos del ganadero dentro del laboratorio.
La realidad es que un número muy reducido de productores ponen en entredicho la praxis de la toma de muestra y, tras nuestras actuaciones a petición de parte, las diferencias no son significativas respecto de la práctica totalidad de los resultados de referencia.
– Además de las muestras de leche, del total de muestras que analizáis, ¿cuántas son de alimentación animal, calidad del agua o sanidad animal?
– En el último año sumaron unas 80.000 muestras en conjunto estos tres aspectos, de las que buena parte de ellas son para la detección del patógeno causal de las mamitis.
– Háblanos un poco de ese papel de apoyo prestado a los técnicos que trabajan en las explotaciones, por ejemplo veterinarios o nutrólogos.
– Son dos áreas de trabajo que tenemos más allá de nuestro trabajo rutinario de análisis de la leche cruda. Tenemos por un lado la línea de alimentación animal y por otro la de control de mamitis. Las ecuaciones con las que trabajamos para los análisis de silos de hierba, silos de maíz y otras materias primas que entran en la ración del ganado han sido desarrolladas en un trabajo colaborativo ya iniciado en la década de los 90 del pasado siglo con el CIAM que sigue en la actualidad y responden a la realidad de nuestra producción forrajera. No puede haber una alimentación de precisión si no hay precisión en los resultados analíticos, que son la base de los sistemas de nutrición, por lo que estas mejoras logradas gracias al esfuerzo entre el centro de referencia en investigación agroganadera y el LIGAL redundan en una mejora de la economía y rentabilidad de nuestras explotaciones lácteas.
La identificación de los microorganismos causantes de mamitis por espectrometría de masas ofrece la máxima fiabilidad en el resultado a un coste muy reducido
En la línea del control de las mamitis infecciosas también somos muy activos y hacemos la identificación del patógeno causal a través de un equipo de espectrometría de masas y no recurrimos a una identificación visual simple, recomendando apoyar esa identificación en un antibiograma, que va a indicar cuál es el antibiótico más apropiado para tratar ese patógeno. Es decir, procuramos emitir informes completos que ayuden a la toma de decisión de los veterinarios clínicos.
– El control de la mamitis mediante la identificación del patógeno causante a través de los antibiogramas puede ser una herramienta muy útil para la efectividad de los tratamientos. ¿Es una práctica ya extendida en el sector o aun es minoritaria?
– El sector está cada vez más sensibilizado con este tipo de cuestiones, no solo los ganaderos sino también los técnicos que los asesoran. Evidentemente los veterinarios clínicos son los primeros interesados en que los tratamientos que prescriben funcionen. Esa línea está trazada desde hace tiempo, tanto por parte de la Agencia Europea del Medicamento como por parte del propio Ministerio en España.
“La presencia de inhibidores en la leche gallega es residual”
– En los más de 30 años transcurridos desde la creación del LIGAL, ¿cómo ha evolucionado la calidad de la leche producida en Galicia?
– Ha habido una mejora sobresaliente en relación a los datos de partida. Pasamos de una situación inicial a comienzos de los 90 en la que la mitad de las explotaciones tenían en algún momento del año recuentos altos de células o bacteriología a la situación actual, en la que nuestra calidad está al nivel de las principales regiones productoras de la UE, teniendo además en cuenta que la Unión Europea es más restrictiva en los umbrales de calidad higiénico-sanitaria de la leche en el contexto mundial.
La calidad físico-química responde al tipo de acopio que quiere hacer la industria láctea de las explotaciones aprovisionadoras en relación, entre otros, al contenido en grasa y proteína de la leche. Por otro lado está la calidad higiénico-sanitaria, es decir el recuento bacteriológico y de células somáticas.
La calidad higiénico-sanitaria ha mejorado ostensiblemente, lo que nos sitúa en este momento al nivel de las principales regiones productoras de leche en el contexto de la UE
El sector lácteo lleva muchos años implicado en la mejora continua de la calidad higiénico-sanitaira y del control de los residuos, adaptándose a los cada vez más exigentes requerimientos normativos. Desde el año 1989 en el que se creó el LIGAL y se arranca con las analíticas en el año 1990, la mejora en la calidad higiénico-sanitaria ha sido espectacular, con una reducción del recuento bacteriológico en el 90% y a la mitad el del contenido en células somáticas.
– ¿En qué aspectos habría que seguir incidiendo o mejorando?
– Extremar la buena praxis en las rutinas de ordeño y las condiciones higiénicas de manejo de los animales y seguir manteniendo mucha atención a los requerimientos de enfriado de la leche.
– ¿Crees que debería hacerse a nivel de granja mayor hincapié en la mejora de las rutinas de ordeño y en la formación del personal encargado de estas tareas?
– Es cierto que cada vez hay más problemas para contratar personal para trabajar en las explotaciones lácteas y sobre todo personal que tenga los conocimientos y la formación previa, por lo que hay un período de demora en su adquisición. Sería necesario incidir en los aspectos formativos y también en el control por parte de un responsable de la explotación de los momentos críticos, y uno de ellos es el momento del ordeño.
– ¿Y en cuánto a la presencia de antibióticos?
– La mejora en la presencia de inhibidores bacterianos, principalmente antibióticos, se ha producido en paralelo a la calidad higiénico-sanitaria y hoy hablamos de niveles residuales. La mejora se aceleró sobre todo a partir de la implantación en el año 2008 del protocolo de inhibidores.
El 100% de las cisternas son analizadas desde el punto de vista de los parámetros higiénico-sanitarios y de residuos de inhibidores del crecimiento bacteriano en la leche y también en las explotaciones, en un porcentaje próximo al 100%, se están analizando diariamente esos parámetros.
– ¿Existe aún margen de mejora en la utilización de antibióticos en las explotaciones lecheras?
– Hay que hacer una defensa de la buena praxis en la utilización de antibióticos en bovino de leche en comparación con otras especies. La mejora de nuevo es continua, todos los años se avanza, pero es cierto que cuando llegas a los niveles residuales que hemos alcanzado es más difícil que bajen.
– Galicia cuenta con protocolos diferenciales de actuación ante resultados positivos de inhibidores del crecimiento bacteriano en la leche. ¿Cómo funciona?
– El protocolo de autocontrol actualmente vigente se remonta al año 2007-2008. En otras zonas de producción del Estado cuando hay un resultado positivo se comunica a la Autoridad competente y la actuación queda en sus manos, lo que implica la introducción de un cierto factor de demora.
Nosotros somos más rápidos, primando no tener la leche retenida más tiempo del estrictamente necesario. Para eso hacemos una actuación en la explotación por medio del servicio de inspección del LIGAL que implica una prueba rápida al productor para ver si la nueva leche que se está ordeñando es apta y cumple con los requerimientos de control de residuos y es válida para volver a ser integrada en la cadena alimentaria. En el caso de resultar negativa esta nueva muestra, esa leche queda liberada para que pueda ser entregada a la industria. En caso de que resultara positivo, entonces sí que se bloquearía ese tanque y pasaría el procedimiento a manos de la Autoridad competente.
Los índices de positivos actuales a inhibidores ya son muy difíciles de mejorar
Además de los protocolos habituales también tenemos protocolos específicos reforzados en colaboración con la Administración. Uno de ellos es el de las quinolonas en leche y otro el de control de la aflatoxina M1. Estamos muy sensibilizados con cuestiones que afecten a la seguridad alimentaria, intentamos ser proactivos para adelantarnos a posibles riesgos emergentes que pueda haber, porque lo peor que le puede pasar a cualquier sector es una alerta grave de seguridad alimentaria, porque ya no será un problema puntual de una explotación, sino que se convierte en un problema del sector lácteo gallego en su conjunto.
– En los casos que detectáis, ¿cuántos son debidos a descuidos o malas praxis y cuántos a descuidos?
– Nadie entrega voluntariamente una leche que sabe que tiene residuos de inhibidores. Yo estoy convencido de que buena parte de los muy pocos resultados positivos que se están produciendo a inhibidores del crecimiento bacteriano se deben a descuidos, por ejemplo porque una vaca que está a tratamiento pasa a las rutinas de ordeño o porque no se cumple estrictamente el tiempo de supresión.
– Cuando el consumidor en su casa bebe un vaso de leche, ¿puede tener la certeza de que es un producto absolutamente seguro?
– Por todo lo que comentamos y también complementados por las actuaciones de las Autoridades competentes, podemos asegurar que la leche es el producto de gran consumo más controlado y analizado del mercado y, por extensión, del que los consumidores pueden tener mayor garantía de control y trazabilidad en su producción.
Toda la leche de Galicia está controlada desde que se produce hasta que se descarga en los centros de transformación de los operadores lácteos. Las características propias de la producción de leche, continua y diaria, requieren un importante esfuerzo en este sentido pero nuestra actividad da como resultado este control y trazabilidad de la cadena de producción de leche.
– ¿Qué papel ha jugado y juega el Control Lechero en la modernización y profesionalización vivida por el sector lacteo gallego en los últimos años y qué aspectos consideras interesante introducir en el Control Lechero para seguir ahondando en esta mejora?
– El Control Lechero es un pilar fundamental en la línea de mejora de nuestras explotaciones lácteas al poder tener monitorizadas nuestras ganaderías a nivel de vaca individual, contribuyendo a la mejora genética y aportando información sobre la calidad sanitaria de los animales de producción.
Además, nuevos parámetros monitorizados sobre cada una de nuestras vacas abre nuevas líneas de trabajo, algunas están en desarrollo y nos permitirán seleccionar a los animales en base a su producción de metano, por ejemplo.
– El LIGAL cuenta con tecnología puntera. ¿Podemos decir que es un centro que está en la vanguardia a nivel europeo?
– Yo pienso que sí. Nuestros equipamientos, calibraciones y desarrollos ad hoc están a la vanguardia y en consonancia con las líneas de trabajo que se están siguiendo en los centros de investigación dentro de Europa. Por ejemplo, la relación entre dieta y calidad de la leche al conseguir extraer de la analítica de la leche la información sobre el origen alimentario; o la huella de CO2, medida por la componente de metano, que estamos empezando a desarrollar, en ambos casos en colaboración con la AGACAL-CIAM.
El LIGAL no deja de ser un reflejo de lo que es el potente sector lácteo gallego. Cuatro de cada 10 litros que se producen en España salen de nuestras explotaciones lácteas hacia los operadores y estas unidades de producción representan el 56% de las de todo el Estado.