La expansión del jabalí en Galicia ha llevado en los últimos años a un problema que ya presenta difícil solución. A falta de estudios concretos de su censo, las cifras de daños confirman la dimensión del problema. El jabalí genera en la comunidad alrededor de 4.000 avisos de daños en el campo al año al teléfono 012 y unos 10 siniestros diarios en las carreteras. A eso hay que unirle la alarma social que crean las incursiones de la especie en las ciudades y villas, con esporádicos ataques a personas.
Para enfrentar la situación, la Consellería de Medio Ambiente ha publicado hoy en el Diario Oficial de Galicia la tercera declaración de emergencia cinegética del jabalí, que abarca 37 comarcas y 248 ayuntamientos. Es la declaración de emergencia más ambiciosa a nivel territorial y abre la puerta a la caza sin límite de la especie durante todos los días de la semana hasta el 25 de febrero, con inclusión de métodos no convencionales, como el uso de visores nocturnos, detectores de movimiento o comederos de atracción.
Con todo, la declaración de emergencia cinegética genera escepticismo tanto entre organizaciones agrarias como entre los propios cazadores. Desde el campo se considera la declaración de emergencia cinegética un parche, pues existe la convicción de que la caza social, la tradicional herramienta de gestión de la fauna salvaje, ya es insuficiente para enfrentar el problema.
Entre tanto, los cazadores recuerdan que las declaraciones de emergencia cinegética pasadas apenas sí lograron resultados adicionales en algunas zonas concretas, pues los Tecores carecen en general de capacidad y tiempo para aumentar el esfuerzo tradicional de caza con días y batidas a mayores.
¿Qué cuestiones es precieso tener en cuenta para abordar el problema del jabalí?. Por parte de las organizaciones agrarias, pedimos la opinión de Jacobo Feijoo, y por parte de los cazadores, de Antonio Mota, de la Unión de Tecores de Galicia.
Jacobo Feijoo. Responsable de desarrollo rural de Unións Agrarias
“No se le puede pedir a la caza social que arregle el problema, la Xunta tiene que ser la directora de orquesta”
“Llevamos tres declaraciones de emergencia cinegética del jabalí y probablemente habrá una cuarta, una quinta y una sexta, porque esto no es una solución”, opina el responsable de Desarrollo Rural de Unións, Jacobo Feijoo.
“Es cierto que tenemos que reinvindicar el papel de la caza social como una herramienta de gestión de la fauna y del propio equilibrio ecológico, pero lo que no podemos es pedirle a los cazadores que arreglen un problema de tal dimensión. Necesitamos que la Xunta actúe de directora de orquesta y planifique los controles de población de la especie”, defiende Feijoo.
Sobre los 4.000 avisos de daños que el agro comunicó el año pasado a la Xunta, Feijoo opina que es la «punta del iceberg». «Hay mucha gente que no llama porque los daños comunicados ya exceden la cuantía de la ayuda que le pueden pagar, o bien porque se cansan de la situación o dada la reiteración de daños, sólo llaman puntualmente».
Planificación de objetivos
Desde la perspectiva de Unións Agrarias, es preciso que la Administración coordine con los Tecores unos objetivos y plazos de animales a abatir, en función de un plan técnico. “En general, estamos teniendo buena coordinación con los Tecores cuando les comunicamos la existencia de daños y la necesidad de controles, pero en los casos en que esa colaboración no exista, si la Administración detecta que un Tecor no cumple con unos objetivos que se marquen, quizás sea preciso llevar allí cazadores de otras zonas”, valora Jacobo Feijoo.
Jaulas capturadoras de grupos familiares
La organización agraria considera también imprescindible el uso de jaulas capturadoras de mayor dimensión a las que se están empleando en la actualidad, de cara a la captura de grupos familiares completos, sobre todo en zonas en las que la caza no es viable, como pueden ser las áreas de viñedo del Ribeiro.
Antonio Mota. Unitega
“Tres días de caza a la semana son suficientes, la solución no es aumentar los días de caza, hay que hablar y consensuar acuerdos”
La declaración de emergencia cinegética, que abre la puerta a cazar en batida cualquier día de la semana, previa comunicación, es una medida que los cazadores consideran “de cara a la galería”. “En plena temporada de caza, tres días de caza a la semana (jueves, sábados y domingos) y los festivos son suficientes. Abrir el melón a batidas los lunes, martes, miércoles o viernes nos parece desproporcionado, es una cortina de humo”, valora Antonio Mota, secretario de la Unión de Tecores de Galicia (Unitega).
Como elemento positivo, Mota señala que algunas posibilidades que introduce la declaración de emergencia cinegética, como el uso de visores nocturnos, pueden ser parte de la solución. “En Portugal vemos que están funcionando, por lo que de cara al futuro, los visores pueden ser interesantes, siempre y cuando se haga un uso seguro”.
Disponibilidad de los cazadores y seguridad en el rural
La ampliación de días de caza es una decisión a la que Mota le ve poco recorrido, no solo por las dificultades de disponibilidad de las cuadrillas para buscar días adicionales de caza. Mota incide en especial en la cuestión de la seguridad. “En el monte y en el campo hay más gente, aparte de los cazadores. Es bueno que los días de batidas de caza sean los habituales, los conocidos por los vecinos, para evitar situaciones de riesgo” -valora-. “Otra cosa son las esperas, que ya se podían hacer todos los días”, recuerda.
Evitar un segundo conflicto en la caza
En relación a las demandas que llegan de las organizaciones agrarias, Mota señala que en general hay entendimiento con ellas cuando se sientan a hablar, pero advierte de posibles conflictos adicionales. “Si hablan de llevar cazadores de una zona a otra, estaríamos probablemente creando tensiones y conflictos donde no los hay. Tenemos ya un problema, que es el del jabalí, no creemos otro nuevo”, cuestiona.
“Hay que decir también que llevamos dos temporadas en que no percibimos un aumento de las peticiones de batidas excepcionales. Quizás el problema del jabalí se haya estabilizado y no vaya a más, que es algo que ya está pasando en otras autonomías, como Aragón. Carecemos de estudios detallados de la población de la especie, pero quizás su curva de crecimiento se esté parando, si no doblando”, sopesa Antonio Mota.
Afrontar situaciones concretas: el caso del Ribeiro, Ribeira Sacra y Monterrei
Mota es partidario de afrontar los casos de zonas concretas con problemas. Reconoce que el jabalí, y también el corzo, son un problema en zonas de viñedo como el Ribeiro o la Ribeira Sacra, “y probablemente lo vayan a ser también en Monterrei”, apunta. “Son zonas en las que creció la superficie de viñedos y donde, al ser una superficie agrícola intensiva, no se caza. Por tanto, ahí la caza no es una solución, habrá que valorar otras medidas”, subraya.
Comarcas vitícolas como el Ribeiro presentan la singularidad de numerosos núcleos de población rodeados de viñas, en los que por las características del entorno, habitado y con plantaciones y personas trabajando, la caza no es posible.
Sobre la opción de que se empleen jaulas para la captura de los ejemplares en las comarcas vitícolas, Mota señala que es una posibilidad que Medio Ambiente descarta. “Quizás sea una medida efectiva, pero en las reuniones Medio Ambiente considera inviable esa medida por los altos costes de gestión que le ve. No es solo colocar las jaulas, es luego gestionar como residuo los ejemplares que se capturen”, señala Mota.
Como vía para definir soluciones, Mota es partidario de sentarse a hablar para llegar a acuerdos. “El lugar podría ser una comisión parlamentaria, con intervención de todos los colectivos implicados”, apunta.
Claves de la declaración de emergencia cinegética
El Diario Oficial de Galicia publica hoy cuatro resoluciones de Medio Ambiente, una por provincia, con las correspondientes declaraciones de zonas de emergencia cinegética. Estas son las claves de la medida:
– Se permite abatir o capturar jabalís sin límite de ejemplares, prioritariamente hembras adultas y subadultas. También se permite abatir crías y hembras seguidas de crías.
– En los Tecores, las cacerías correspondientes a jornadas que no estén aprobadas en el plan anual deberán ser comunicadas previamente a la jefatura territorial competente en caza.
– En las zonas libres de caza, las cacerías estarán sujetas a autorización y deberán pedirse con 10 días de antelación. Hasta el 6 de enero, se podrán autorizar cacerías los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados, siempre que no sean festivos. De 7 de enero a 25 de febrero se excluyen los sábados.
– En la modalidad de espera, pueden agruparse en una sola comunicación varias jornadas, debiendo indicarse expresamente las coordenadas de los puestos fijos que se vayan a ocupar.
– En los Tecores, se podrá autorizar a los propietarios de los terrenos afectados a realizar personalmente, o mediante terceros, esperas, con autorización del titular del aprovechamiento cinegético.
– Se permite el uso de visores ópticos durante las esperas nocturnas, así como fuentes luminosas. También el uso de dispositivos electrónicos, como detectores de movimiento o controladores de horas de paso, para la posterior realización de esperas nocturnas.
– En los cultivos donde haya daños, se podrán disponer cebaderos con grano o frutos, con el objetivo de aumentar la eficacia de los controles. Del mismo modo, se permite la captura en vivo de los jabalís, con posterior sacrificio de los ejemplares, de acuerdo con el procedimiento establecido por la Consellería de Medio Ambiente.