Tecnología de bioestimulación, herramientas para un manejo integral de la viña sin residuos

El ingeniero agrónomo Joaquín Romero aborda la utilización de productos bioestimulantes para conseguir un manejo integral del viñedo sin residuos y respuestas frente a patologías como el mildiu y oídio. Conocemos más sobre estas herramientas para una viticultura más sostenible

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Tecnología de bioestimulación, herramientas para un manejo integral de la viña sin residuos

Joaquín Romero en su intervención en el Foro Uva y Viña, celebrado en Cenlle (Ourense).

En los viñedos, los bioestimulantes y la nutrición avanzada se presentan como herramientas que pueden ayudar a conseguir una viticultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, uno de los retos que se presentan a los viticultores y que Europa apremia a alcanzar con las exigencias interpuestas en sus políticas agrarias.

Si bien, como apunta Joaquín Romero Rodríguez, ingeniero agrónomo e investigador de la Universidad de Córdoba especializado en la protección de los cultivos, el uso de estos productos debe encuadrarse dentro de una estrategia que procure una producción más sostenible ambientalmente y que sea también rentable económicamente para que la viticultura pueda ser una actividad de futuro en el campo.

“Hay muchas variables, como los métodos de aplicación y el conocimiento de la enfermedad que van a ser determinantes para lograr buenos resultados con los bioestimulantes”

“No hay productos milagro, sino que hay muchas variables que van a determinar el éxito y cuestiones como los métodos de aplicación o el conocimiento de la epidemiología de la enfermedad van a ser determinantes para lograr buenos resultados, sobre todo con los bioestimulantes”, valoraba Romero durante su participación en el primer Foro de la Uva y la Viña, celebrado en Cenlle (Ourense).

¿Cómo funcionan los bioestimulantes?

Tal y como reconoce Romero, con los bioestimulantes siempre han surgido dudas sobre su manera de actuación sobre la planta y es que se ha conocido poco sobre ellos. Por eso, ahora reivindica la importancia que tienen proyectos de investigación con años de trabajo a sus espaldas como los llevados a cabo con la Universidad de Sevilla que arrojan luz sobre esta cuestión.

A la hora de hablar de los bioestimulantes, Romero apunta que son productos que basan su eficacia no en la fertilización, ni en una acción directa por su capacidad biocida frente a un patógeno, sino que promueven una reacción de la planta y la activación de su metabolismo frente a amenazas.

Romero, que es también jefe de marketing agronómico en la empresa Econatur, presentó algunos de los productos desarrollados por esta firma, que acumula casi 25 años de trayectoria, en los que ha experimentado un crecimiento significativo, pero se ha mantenido fiel a sus principios fundacionales. “Los productos de Econatur siguen buscando emplear lo que la naturaleza pone a nuestro alcance al servicio del agricultor, para ofrecer insumos agrícolas sostenibles ambiental y económicamente”, indica el ingeniero agrónomo.

Los bioestimulantes inciden en los procesos fisiológicos de la planta, en algunos casos activando los mecanismos de defensa ante situaciones de estrés

La firma Econatur ha desarrollado además una tecnología propia, la tecnología EPT, de la que tiene la patente, y que es fundamental para el desarrollo de sus bioestimulantes. “Esta tecnología tiene incidencia en múltiples procesos fisiológicos del metabolismo de la planta, tanto primario como secundario”, detalla Romero. La tecnología EPT se basa en extractos botánicos a partir de mecanismos de extracción propios desarrollados por la empresa.

En concreto, Romero se centró en bioestimulantes de tipo fitogénico se centran sobre todo en el metabolismo secundario de la planta, es decir que afectan a los mecanismos de defensa que activa ante determinadas situaciones de estrés biótico y abiótico.

Ventajas que proporcionan

Abordando más en detalle esta tecnología EPT, Romero apunta algunas de las principales ventajas que proporciona esta tecnología aplicada en los bioestimulantes, para comprender mejor sus efectos en la planta:

-Induce el sistema de defensa antioxidante de la planta.
Con la tecnología EPT aplicada a los bioestimulantes han conseguido fomentar la capacidad antioxidante de la planta y ofrecer una mayor protección contra la peroxidación. De esta manera consiguen que a través de la activación de determinadas encimas, la planta elimine especies reactivas de oxígeno, que se acumulan en los tejidos por situaciones de estrés, evitando los procesos de necrosis naturales o el agotamiento de la planta.

– Precursores de fitohormonas.
El conjunto de polifenoles extraídos con la tecnología EPT induce de forma natural la síntesis de fitohormonas esenciales para la productividad de la planta, por lo que impulsan el crecimiento de la planta de una forma equilibrada. De esta manera se permite un mejor equilibrio de la planta y la acumulación de hormonas como auxina, ácido abscísico y ácido salicílico, fundamentales para su desarrollo.

Como detalla Romero, las auxinas permiten un correcto desarrollo tanto de la parte aérea de la planta como de las raíces y el ácido salicílico permite inducir las defensas de la planta ante cualquier ataque externo. “En el caso de la viticultura, las auxinas son fundamentales en el proceso de amarrado de las vayas”, detalla.

-Mayor transporte nutricional.
Los bioestimulantes desarrollados con esta tecnologia Ept también generan una diferencia de presión entre células de la planta que facilitan el transporte de los nutrientes y principios activos en el interior de la planta, sin generar mayor gasto energético.

Resultados

Algunos de los productos bioestimulantes que Econatur tiene en el mercado en la actualidad se centran en conseguir reducir el estrés productivo, mejorar el amarre e incrementar la producción y ofrecer una mayor resiliencia a temperaturas extremas.

Con estos bioestimulantes se está logrando un incremento de la producción de entre un 20,5 y un 30% y conseguir adelantar la vendimia en 14 días, para evitar el estrés por calor de algunas zonas de producción vitícola amenazadas por las altas temperaturas, como Andalucía. Además, también han conseguido mejorar el estado fitosanitario de los viñedos entre un 12,5 y un 16,7%.

Algunos de estos bioestimulantes de la gama de Econatur, han logrado reducciones significativas de oídio, con aplicaciones preventivas que han conseguido una reducción del 80% de la incidencia, con valores de eficacia superiores incluso a los fitosanitarios tradicionales. Productos bioestimulantes también han conseguido fortalecer la planta para minimizar la podredumbre.

Bioestimulantes frente a riesgos sanitarios

Los bioestimulantes se presentan como alternativas para conseguir una viticultura más sostenible y en ese sentido distintos trabajos de investigación están viendo las posibilidades que presentan, si no para sustituir de manera total por el momento las soluciones químicas tradicionales, al menos para complementarlas y conseguir reducir el impacto ambiental de la viticultura.

En esta línea se presentan trabajos como los desarrollados en el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (Neiker) publicado en 2022 sobre el uso de bioestimulantes para hacer frente a patógenos como el mildiu y oídio. “Con un producto como Salix, a base de corteza de sauce, se consiguen reducciones del 97% frente a mildiu”, explica Romero. Además, adelanta que próximamente se publicará otro trabajo sobre las proteínas que fomentan estos mecanismos de defensa frente al patógeno.

El empleo de bioestimulantes ha conseguido lograr una reducción del 97% frente al mildio y del 80% contra el oídio

Debido a estos buenos resultados y el interés de bodegas de la Rioja y el País Vasco, investigadores del Neiker han continuado con esta línea de trabajo y han desarrollado estrategias para el control de enfermedades basadas en la utilización de bioestimulantes. Con este manejo han reducido en un 50% el uso de fitosanitarios convencionales, al realizar aplicaciones alternas de soluciones convencionales y la aplicación de bioestimulantes.

Al igual que en los primeros estudios, han logrado resultados favorables incluso en variedades de uva como Hondarribi, muy susceptibles a los daños por mildiu y en zonas con alta incidencia de este patógeno. Aunque es verdad que consiguieron mantener la incidencia controlada, finalmente los ataques fueron muy fuertes. “Puede que en algunos casos tengamos que seguir apoyándonos, por el momento en la química de síntesis, pero hay que ir buscando alternativas”, valora Romero.

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