Elisabetta Quaini es la cuarta generación de ganaderos en Barbiselle, una explotación ganadera situada a tan solo 8 km del centro de Cremona, en la región italiana de Lombardía. La compró su bisabuelo en 1880 y en 1920, tras la Primera Guerra Mundial, ya contaba con 40 hectáreas de terreno, 80 vacas lecheras y 20 familias trabajando en la hacienda.
Elisabetta estudió Económicas y se especializó en economía agrícola y márketing agroalimentario en la Universidad de Guelph, en Canadá, y en 1995 se incorporó a la granja junto a su padre Paolo. Tras su muerte en 2018, Elisabetta compró su parte a sus dos hermanas y hoy integran también la sociedad su marido Giorgio Ortolani y sus dos hijas, Maddalena, de 21 años, y Chiara, de 24, que ya trabaja en la granja.
Tenemos que aprovechar las oportunidades que ofrece la nueva PAC a las explotaciones con presencia de jóvenes y mujeres
El relevo generacional es uno de los objetivos para garantizar la continuidad de la granja y aprovechar los incentivos que la nueva PAC incluye al respecto. “Tenemos que aprovechar las oportunidades que ofrece a las explotaciones con presencia de jóvenes y mujeres. La nueva Política Agraria Comunitaria favorece estas opciones al conceder a estas granjas un aumento de alrededor del 30% de las ayudas”, explica.
En cuanto a Giorgio, trabajó durante 30 años como publicista en Milán y en septiembre se incorporó a la explotación, pasando de vestir corbata a funda y katiuskas. A mayores cuentan con 10 empleados, la mitad italianos y la otra mitad de la India, Egipto y Macedonia.
Como refuerzo, esta primavera durante tres meses han contado con la ayuda de Mario Noya, de Val do Dubra, y Cosme López, de Sarria, dos alumnos de la EFA Fonteboa, que estudian el grado medio de Producción Agropecuaria. El centro de Coristanco ha empezado este año a organizar estancias formativas en granjas de Lombardía, la principal región productora de Italia, al igual que lleva años haciendo con Irlanda, la Bretaña francesa y Normandía.
Dos alumnos de Fonteboa acaban de regresar de una estancia formativa de 3 meses en esta ganadería
Pese a su juventud (Cosme tiene 16 años y Mario 18), ambos tienen experiencia en el sector, pues proceden de familias con explotación (Mario, de la ganadería Xan Blanco, y Cosme, de Vilar de Susao, alquilada en la actualidad a la ganadería Tío Andrés).
Su formación teórica y su conocimiento práctico les llevan a enfrentar con éxito los nuevos retos laborales que plantea la producción láctea en la actualidad en un sector carente de mano de obra cualificada.
Elisabetta es la representante en Italia de EDF, una red europea de ganaderos de la que forman parte algunas granjas gallegas
Elisabetta es la representante en Italia de EDF, una red europea de ganaderos de la que forman parte también algunas granjas gallegas, y explica que el problema de encontrar trabajadores es común en todos los países.
Dificultad para encontrar mano de obra cualificada
En Barbiselle buscan la estabilidad del personal, con contratos fijos y vivienda gratis. Mansour, de Egipto, lleva 15 años en la explotación y su hermano Mohamed 10. “A nuestros empleados les pagamos 2.000 euros. Trabajan 6 días a la semana en turnos de 8 horas y libran un día, con otros 26 días de vacaciones al año. A mayores, les damos otras recompensas, como por ejemplo un plus de 1.000€ al año más un ternero cebado por encalostrar. Son incentivos por hacer las cosas bien en los temas que para nosotros son importantes. También les damos formación en técnicas de ordeño o inseminación”, detalla.
Trabajar en una granja hoy requiere saber manejar datos, no es solo trabajar con las manos
Pero pese a las condiciones, con un salario equivalente al de otras profesiones, no encuentran trabajadores. “La primera generación de inmigrantes que vino a Italia trabajaba en cualquier cosa pero sus hijos ya no y existe una imagen errónea del trabajo en la agricultura. Creo que hay que hacer un esfuerzo por explicar que hoy en día no consiste sólo en trabajar con las manos, sino con datos, y que no es un trabajo mecánico, sino que es necesario pensar mucho”, razona.
600 vacas en ordeño
La explotación ordeña en la actualidad entre 590 y 600 vacas y produce unos 23.000 litros de leche al día, que venden a la cooperativa Soresina, de la que forman parte desde el año 1993.
Se trata de una de las mayores industrias de transformación láctea italiana, que elabora distintos tipos de queso (Grana Padano, Parmesano y Provolone), mantequilla y envasa leche fresca y UHT.
“Por fortuna, nosotros teníamos cooperativas fuertes. Eso evita el monopolio de Lactalis. Sin ellas sería un problema”, asegura Elisabetta. La multinacional francesa es la industria que más leche recoge en Italia, seguida de las cooperativas Granarolo y Soresina.
En Italia teníamos cooperativas fuertes que evitan el monopolio de Lactalis, algo que sería un problema para los ganaderos
Toda la producción de Barbiselle, unos 8 millones de litros anuales, se destina a la elaboración de queso Grana Padano, la denominación de origen de la zona, que fija los protocolos de ordeño y alimentación del ganado.
A diferencia del parmensano, producido al sur del río Po, en la vecina Reggio Emilia, el Grana Padano permite los ensilados, aunque comparten por ejemplo la limitación de dos ordeños diarios.
En esta granja ordeñan a las dos de la madrugada y a las dos de la tarde. Cuentan con una sala rotativa de 30 puntos y les lleva unas 5 horas realizar cada ordeño. Cada día, a las 8 de la mañana, el camión recoge la leche en la explotación y la traslada a la quesería para empezar el proceso de elaboración.
39 litros de media
La producción media de la granja oscila entre 39 y 40 litros, con un 4% de materia grasa y un 3,7% de proteína. Los animales en ordeño están divididos en 5 lotes: alta producción, primíparas, vacas adultas, postparto y final de lactación.
Aunque no permite los tres ordeños en sala, la denominación de origen Grana Padano sí autoriza el uso de robots de ordeño, una opción que están valorando para el grupo de alta producción, con una producción media diaria de 52 litros y problemas frecuentes de mamitis, debidos a las condiciones de calor y humedad habituales en la zona y al tipo de cama utilizada.
Estamos valorando poner robots en el lote de alta producción para que las vacas estén más cómodas
Rellenan los cubículos con una mezcla de paja, cal y agua. “El carbonato lo echamos para evitar mamitis y ahora encamamos todas las semanas para mejorar eso, antes lo hacíamos cada dos”, explica Elisabetta. “Estamos valorando poner robots para que las vacas de más producción no tiren tanta leche y estén más cómodas”, añade.
Reducción drástica en el uso de antibióticos
El bienestar animal y la prevención de las enfermedades del ganado es uno de los objetivos que se marcan. El nivel medio de células somáticas de la granja se sitúa en 160.000 y realizan secado selectivo sin antibióticos. Para facilitar el sellado de la ubre estimulan la reducción en la producción de leche separando a las vacas a secar una semana antes para alimentarlas con ración de secas.
La granja tiene una media de 70 vacas secas
Tienen un empleado sólo para elaborar las distintas raciones de alimentación del ganado y disponen de un carro mezclador de 32 metros cúbicos de capacidad con el que elaboran la ración de producción dos veces al día.
Máximos cuidados a la recría
Además de llevar la gestión económica de la granja, Elisabetta se ocupa también de supervisar la aplicación de los protocolos de cuidado de las becerras pequeñas, uno de los aspectos en los que ponen mayor atención.
Barbiselle acaba de iniciar un proyecto de investigación, de dos años de duración, en colaboración con la Universidad de Milán, denominado Terneros libres de jaula, que consiste en probar distintas opciones para el alojamiento de los animales en las primeras 8 semanas de vida.
Están estudiando distintas opciones para el alojamiento de los animales en las primeras 8 semanas de vida dentro de un proyecto de investigación de la Universidad de Milán
Lo habitual a día de hoy en Italia es que al nacer se alojen en boxes individuales, pero la sensibilización social hacia los temas de bienestar animal ha llevado a la Comisión Europea a decretar su eliminación progresiva en 2027.
“Se espera que este sea uno de los aspectos clave de la nueva legislación comunitaria sobre bienestar animal que se aprobará este año 2023, por lo tanto, las ganaderías nos veremos obligadas a introducir cambios en el manejo. Por eso estamos probando la viabilidad técnico-económica de las distintas alternativas (alojamiento en boxes en parejas, permanencia con la madre, lotes colectivos en nodriza) y su resultado en cuanto al crecimiento de las terneras», explica Elisabetta.
Disponen de taxi-milk pasteurizador para la etapa de boxes individuales y de dos amamantadoras para las fases posteriores. Destetan a las terneras a los dos meses y medio de edad y las inseminan entre los 14 y los 15 meses.
En cuanto a la cama, los boxes son de paja y a continuación en los lotes de la recría más pequeña utilizan cama fría de compost, con serrín como base. Realizan pastone de maíz para alimentación de vacas en producción y la parte desechada de la planta la recogen en bolas para usar en la cama de la recría más grande, que encaman una vez al mes.
Incrementar la longevidad
El coste de una novilla puesta a parto es de 1.900€ en esta granja, donde el 38% de los animales en producción son vacas de primer parto. “Nos cuesta mucho dinero criar una ternera, hace falta una lactación para pagarla”, razona Elisabetta. La longevidad media de las vacas de Barbiselle es de 2,8 lactaciones, una cifra que están intentando incrementar.
Tienen problemas de espacio, tanto en la zona de vacas en producción como en los lotes de recría y han renovado el sistema de ventilación para reducir el estrés térmico de los animales. “Los ventiladores y aspersores funcionan 8 meses al año, sólo los 4 meses de invierno están parados”, explica. La temperatura puede llegar a 39 grados en verano y rondar los 0 grados en invierno en esta zona.
Más de 10 céntimos de margen
Desde el final de las cuotas lácteas en el año 2015 esta ganadería ha pasado de una producción anual de 5,4 millones de litros a los 7,7 ordeñados en 2022, en el que lograron una facturación récord de 4,6 millones de euros.
El precio de venta de la leche, que había oscilado entre los 41 y los 44 céntimos los años anteriores, se disparó hasta los 60 céntimos, aunque Elisabetta matiza que este es el precio cobrado por los socios de Soresina, mientras Lactalis está pagando en la zona 6 cénimos menos, a 54.
Barbiselle facturó el año pasado 4,6 millones de euros y logró un beneficio de 1,3 millones
“En estos momentos tenemos un buen precio y un margen de más de 10 céntimos en litro. El coste total de producción en 2022 fue de 50 céntimos, pero este año ha bajado a 48 porque está bajando el coste de alimentación. El coste de la mano de obra en nuestro caso se sitúa por debajo de 10 céntimos en litro”, explica Elisabetta.
«Una cuidadosa gestión de la plantilla, basada en la transparencia de las relaciones laborales, la estabilidad de los contratos y el uso de incentivos y primas de productividad nos ha permitido aumentar la productividad y reducir el coste de mano de obra por litro de leche producido”, asegura.
Venta de carne y energía
Barbiselle facturó el año pasado 4,6 millones de euros, con un beneficio de 1,3 millones. A los ingresos por la venta de la leche hay que sumar la venta de terneros y de energía eléctrica, que suponen otras dos fuentes de ingresos importantes para la granja. “Facturamos 20.000 euros al mes por la venta de terneros azul belga”, indica.
Son criados hasta los 40 días y vendidos después a una cooperativa de carne, que realiza el cebado. “Antes vendíamos unas 200 novillas de recría al año, pero ahora inseminamos una parte del rebaño con cruces cárnicos”, explica.
El 65% de las vacas adultas son inseminadas con azul belga
Las inseminaciones con azul belga representan más de la mitad de las dosis totales utilizadas en esta explotación, que usa un 17% de semen sexado en novillas y algunas primíparas y un 23% de semen convencional en el resto de vacas adultas. “Sincronizamos celos y el veterinario viene todos los martes y viernes”, explican.
Otra de las fuentes de ingreso importantes es la venta de electricidad. En los techos de las naves de recría tienen instaladas placas solares desde el año 2010, con un total de 630 kwh de potencia, de los que 96 kw son para autoconsumo y 534 para venta de energía fotovoltaica. Los ingresos por su comercialización fueron de 183.000 euros en 2022, a los que habría que sumar otros 36.000 euros de ahorro en la factura de la luz en la parte de autoconsumo.
En 2010 instalaron 630 Kw de placas solares y este año instalarán otros 265 Kw
Dentro del plan de inversiones de la empresa para los próximos 5 años se contempla seguir apostando por las energías renovables. “Disponemos de techo adicional para instalar otros 265 Kw para autoconsumo. Hemos obtenido una ayuda del 40% con fondos europeos y haremos la instalación este mismo año”, explica Elisabetta.
Del mismo modo, indica, “aún tenemos potencial por explotar, como la posibilidad de construir una planta de biogás de purines. Con este fin, se encargó un estudio al Centro de Investigación de la Producción Agrícola de Reggio Emilia para definir el tamaño óptimo”, detalla.
“Hacemos un uso muy intensivo de la tierra”
Barbiselle trabaja un total de 230 hectáreas, 180 en propiedad en una sola pieza alrededor de la granja y 50 alquiladas. Toda la superficie es de regadío y disponen de un pozo de riego y una línea subterránea para fertirrigación con purín.
La explotación está ubicada en una zona no vulnerable a la contaminación por nitratos, lo que les facilita la gestión de abonos. “No tenemos problemas para la fertilización de las parcelas, con la rotación de cultivos inyectamos todo el purín de la granja”, explica.
El 70% de las hectáreas son en propiedad y el 30% alquiladas
Los principales cultivos son el maíz, el trigo, el raigrás, el sorgo y la alfalfa. El regadío les asegura dos cosechas al año y la rotación de cultivos incluye raigrás en invierno y maíz en verano en 21 hectáreas y trigo para ensilado en invierno y maíz en verano en otras 50 hectáreas, además de 80 hectáreas a alfalfa, con entre 5 y 6 cortes anuales, y otras 17 a sorgo forrajero.
Logran altas producciones, que en el caso del maíz alcanza los 60.000 kilos por hectárea de media en un año normal, aunque 2022 fue muy seco en la zona norte de Italia, con poca lluvia y altas temperaturas, y hubo menor producción.
Este año ha llovido de forma torrencial a principios de mayo, pero llevábamos 6 meses sin llover
«Las producciones obtenidas aseguran la autosuficiencia alimentaria de los animales. Sólo compramos harina de soja y otros subproductos proteicos, según esté el mercado, con contratos anuales para protegerse contra el riesgo de aumento de precios», indica Elisabetta.
Más de 60.000€ por hectárea
La superficie agraria tiene un importante valor en esta zona. Comprar una hectárea de terreno puede costar entre 65.000 y 70.000€ y los alquileres rondan los 1.000€ anuales. “El alto coste de la tierra es uno de los obstáculos para el acceso de jóvenes al sector agrario en Italia”, reconoce.
Su padre, Paolo Quaini, falleció en 2018 y el pasado mes de diciembre Elisabetta compró su parte a sus dos hermanas
Dos de los 10 empleados de Barbiselle están centrados en el trabajo agrario. “Lo único que no hacemos nosotros es el ensilado y echar el purín en las fincas más alejadas, para lo que contratamos empresas de servicios”, explica.
Mejora genética
Desde hace años Barbiselle participa en concursos de ganado, logrando importantes premios y reconocimientos por las características productivas y morfológicas de sus animales. En 2021, por ejemplo, quedaron subcampeones en el certamen organizado en Cremona.
La apuesta por la genética es una de las señas de identidad de esta ganadería. El padre de Elisabetta, Paolo, era ginecólogo en Turín pero mantuvo la granja que había fundado su padre, Ludovico, en 1910. En la década de 1970, gracias a sus ingresos como médico, Paolo inicia el período de fortalecimiento de la explotación, fusionando tres haciendas vecinas y comprando en Roma una de las granjas de referencia en genética en Italia, Salone, con animales procedentes de la granja americana Paclamar. Algunos de los sementales de la ganadería romana de la familia hicieron historia dentro de la raza frisona italiana, como el toro Talent King of Salone.
Durante años la ganadería repartió animales de alta selección genética, vendidos en subastas, por toda Italia
La herencia genética de Paclamar y Salone vive hoy en Barbiselle, donde durante años se utilizaron embriones de Estados Unidos y Canadá. Hoy, la selección genómica es una herramienta habitual en esta granja.
Criadero de caballos
El padre de Elisabetta era tamén un enamorado de los caballos, una pasión que le llevó a dedicarse a las carreras y a la cría de sementales. En las instalaciones de Barbiselle existía un renombrado criadero de caballos de trote con cuadras con 180 boxes, paddock y estación de inseminación, así como un laboratorio para la congelación del semen equino. “Actualmente, dada la situación del sector, la actividad se ha reducido con sólo dos yeguas en producción pero no descartamos volver a potenciar este sector en el futuro”, afirma.
Vendimos el establo de Roma para centrarnos en Cremona, trasladando el ganado y modernizando los establos
Pero en la actualidad todos los esfuerzos están puestos en la explotación láctea. “Decidimos especializarnos en la producción de leche, aumentando el número de vacas y elevando la productividad por cabeza. En 2007 ampliamos el establo de Cremona e instalamos la sala de ordeño rotativa de 30 puntos, con capacidad para ordeñar entre 130 y 150 vacas a la hora, y vendimos la granja de Roma, debido a las dificultades para la gestión de la actividad ganadera en las inmediaciones de la capital», indica Elisabetta.
Apuesta por la tecnología
“Estamos preparando un plan de desarrollo para los próximos 5 años que prevé automatizar el ordeño mediante la instalación de robots y también completar el sistema de ventilación de todos los establos para garantizar el máximo bienestar incluso en la estación más calurosa», avanza sobre o futuro.
En este año 2023, han incorporado el sistema Alta Cow Watch de Alta Genetics para monitorizar rebaños. «Queremos mejorar de esta forma el cuidado de las terneras para maximizar su crecimiento, tener un registro de parámetros de eficiencia alimenticia y administración de forraje en las vacas y disponer de un análisis del comportamiento productivo y reproductivo de los animales, con especial atención a la prevención de enfermedades», explica.
La utilización de aditivos que mejoran la fijación de nitrógeno del purín nos ha permitido reducir en un 50% el uso de fertilizantes químicos en el cultivo de maíz
Prestan también la máxima atención a los costes de producción de forrajes mediante software específicos: ISAGRI para la gestión de campo, Dairy Comp para la gestión del establo y PMT para la ración de alimentación.
En cuanto a los cultivos agrícolas, Barbiselle utiliza sistemas satelitales para la siembra y la distribución de productos fitosanitarios. A la hora de aplicar el purín, le añaden aditivos para mejorar la fijación del nitrógeno. “Esta técnica en los últimos 3 años nos ha permitido reducir en un 50% el uso de fertilizantes químicos en el cultivo de maíz”, valoran.