Claves para mejorar la producción de las fincas de maíz

Usar un subsolador para romper la suela de labor; una distribución homogénea de las semillas, reduciendo la distancia entre calles y aumentando la distancia entre plantas; un abonado nitrogenado cuando la planta tiene entre 8 y 10 hojas y disminuir el ‘efecto borde’ son técnicas que permiten incrementar el rendimiento forrajero

David Vilacoba, durante a súa intervención nas xornadas organizadas por Seragro na Facultade de Veterinaria de Lugo

David Vilacoba, durante su charla en las jornadas organizadas por Seragro en la Facultad de Veterinaria de Lugo

David Vilacoba Vieito, ingeniero agrícola y responsable de la ganadería Pacheco Meimendre SC, habló en las Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro de cómo aumentar la producción de maíz en Galicia.

Durante los últimos 15 años David estuvo compaginando el trabajo en la granja familiar con el asesoramiento a nivel de campo para distintas casas de semilla. En la actualidad se dedica de pleno a su explotación, ubicada en el ayuntamiento coruñés de A Baña.

“Es posible aumentar el rendimiento del maíz pero son muchos los factores que influyen y tenemos que pensar cuáles son los que tenemos capacidad de manejar y alterar para mejorar y los que no, aquellos que tenemos que adaptarnos a ellos”, indicó.

“Podemos influir en las labores de preparación del suelo, en la elección de la variedad y la siembra, en el tratamiento fitosanitario para el control de plagas y malas hierbas o en el abonado. Y esas son las cosas en las que nos tenemos que centrar a la hora de mejorar el cultivo”, recomendó.

Podemos influir en la preparación del suelo, en la elección de variedades o en el control de plagas y malas hierbas, pero no en las condiciones climatológicas, a las que nos tendremos que adaptar

Por el contrario, explica David, hay otra serie de factores sobre los que no tenemos control, como los daños provocados por la fauna salvaje o las condiciones climatológicas, a las que sin embargo nos podemos adaptar con decisiones como la elección de las parcelas, la fecha de siembra o el tipo de variedad.

Tomar decisiones en base a datos

A la hora de iniciar la campaña de siembra, en primer lugar, dice, tenemos que planificar el cultivo y tener en cuenta las cosechas precedentes en cada finca. “Lo más lógico es recopilar datos del año anterior, pero tiene que ser de forma objetiva y totalmente autocrítica, sino no sirve de mucho”, matiza. “Es decir, si en una zona tuvimos mala cosecha porque acabamos el abono y por no volver a casa a por más no se lo echamos, hay que ponerlo”, ejemplifica.

Los datos de rendimientos de años anteriores tenemos que conservarlos, porque son la llave del cultivo

Para esta toma de datos de la cosecha anterior existen nuevas herramientas, como los mapas de rendimiento, que facilitan esa labor. “Esos datos tenemos que conservarlos, para tener información de más de un año, porque son la llave del cultivo”, indica también David.

Fertilización y aprovechamiento del purín

composicion quimica purin en Galicia

Un primer punto de mejora en el cultivo de maíz es el abonado. “La fertilización es quizás la parte más simple, porque es una cuestión matemática, una simple ecuación o regla de tres, ya que sabemos la demanda media que tiene el cultivo (para hacer unas 10 toneladas de grano por hectárea nos hacen falta 250 unidades fertilizantes de nitrógeno, unas 120 de fósforo y unas 230 de potasio; y si queremos aumentar la producción deberemos aumentar también en la misma proporción estas cantidades”, explica.

David destaca la importancia del purín para el abonado de las fincas de maíz. “Unos 10 metros cúbicos de purín por hectárea, más o menos una cisterna de tamaño medio, equivalen a 125 kg de abono complejo NPK 12-12-24 más 33 kg de urea al 46% de nitrógeno”, detalla.

Hoy en día tenemos herramientas para saber cómo está el suelo (analíticas de suelo) y otras que nos dicen lo que le aportamos nosotros

“Esa cuenta tenemos que extrapolarla a la cantidad de purín que aportemos y restarla de la demanda real del cultivo (en función de la analítica de suelo y el rendimiento esperado) para calcular después la cantidad de abono mineral necesario”, añade.

La mayores del encalado y del abonado de fondo de la siembra, destinado a corregir las carencias del suelo y cubrir las necesidades del cultivo, David recomienda “en la medida en que el bolsillo lo permita”, hacer un abonado nitrogenado en cobertera cuando el maíz tenga entre 8 y 10 hojas.

Preparación del suelo

subsolador fincas de millo

“La preparación del suelo es un tema realmente descuidado en el que se puede mejorar mucho”, asegura David, que recomienda intercalar en las labores de preparación del suelo un subsolador para romper la suela de labor y facilitar que las raíces de las plantas de maíz puedan acceder a nutrientes y agua más abajo.

“Cuando llevamos años trabajando con el arado nos deja por abajo un suelo duro que las raíces del maíz no son capaces de traspasar. Cuando viene tiempo seco esa capa superficial de tierra se seca y la planta sufre mucho más los efectos de la sequía y puede tener también muchos más problemas de caída. Por el contrario, cuando llueve mucho, se producen encharcamientos porque el terreno no drena. Por eso, con el subsolador, además de mejorar la estructura del suelo, mejoramos también la circulación del agua en sentido vertical”, cuenta.

El suelo es un recurso único e irreparable; no podemos perderlo y tenemos que tratar de mejorarlo

Existen distintos tipos de compactación: la compactación superficial en la capa arable por el efecto pisado de la maquinaria; la suela de arado; la compactación profunda, que se da a más de 30 centímetros de profundidad; y las costras en la superficie, que se producen cuando se desmenuza mucho el suelo en las últimas labores de preparación de la tierra en suelos con mucha arcilla y se dan lluvias posteriores, creándose una capa superficial dura que impide que el germen del maíz sea capaz de salir y provocando mermas de producción por pérdida de plantas en la nascencia.

La suma de maquinaria muy pesada y elevada humedad en el suelo hace que nuestros suelos se vuelvan durísimos, casi infértiles

Para evitar la compactación, “bajo ninguna circunstancia debemos trabajar el suelo mojado”, advierte, y menos cuando la maquinaria de laboreo, siembra o recogida de la cosecha es cada vez más grande y de un mayor tonelaje. “La suma de elevados pesos y elevada humedad en el suelo hace que nuestros suelos se vuelvan durísimos, casi infértiles”, dice.

Los efectos de la compactación se dan también más en los bordes de la parcela por el efecto de las maniobras de giro, por eso David recomienda pasar el subsolador al menos por estas zonas del perímetro si no lo hacemos por toda la finca.

Rotación de cultivos

El responsable de la ganadería Pacheco Meimendre SC afirma que “no deben quedar las fincas desnudas” en invierno y destaca los efectos positivos de la rotación de cultivos: “Cuando una finca viene de una rotación de dos o más años con pradera tenemos gratis un 10% de producción de maíz”, dice.

En función de las necesidades forrajeras de la explotación y del efecto que queramos lograr en el suelo introduciremos un cultivo de invierno u otro, teniendo en cuenta también las exigencias de la nueva PAC para cumplir con la condicionalidad reforzada y el ecorregimen de rotación con especies mejorantes.

Cuando venimos de 2 años de rotación con pradera tenemos un 10% de producción de maíz gratis

Las leguminosas (guisante, haba, altramuz, veza, alfalfa, trébol) fijan nitrógeno ambiental en el suelo y mejoran su estructura, mientras las crucíferas (rábano, rúcula, nabo) producen un efecto de desinfección en el suelo contra nemátodos y algunos hongos. Otras opciones para meter un cultivo intermedio entre maíz y maíz serían las oleaginosas (girasol, colza, soja) y las mezclas de cereal de invierno con especies pratenses forrajeras.

La lluvia se lleva el suelo y los recursos que tenemos en él; metiendo un cultivo intermedio evitamos la erosión y si tenemos falta de forraje lo podemos aprovechar

“Tenemos que rotar fincas e intercalar un cultivo intermedio entre maíz y maíz, no dejar nunca las fincas desnudas. Este año, después de haber caído 1.000 litros de agua las fincas vacías se han quedado sin prácticamente elementos finos y sin ningún tipo de microbiología que nos pueda ayudar. La lluvia se marcha con el suelo y con los recursos que tenemos en él”, advierte.

Reducir el ‘efecto borde’

tipos de compactación do solo

Otro aspecto a mejorar es el llamado efecto borde (sombra de árboles, menor fertilización, exceso de tratamientos por solape, mayor compactación del suelo, etc), en el que vamos a tener menos producción y eso va a bajar la producción media obtenida en las fincas de la explotación.

Los efectos negativos se ven acrecentados en Galicia debido al minifundio. “Si tenemos una finca de 25 hectáreas y tenemos un perímetro de 10 metros de ancho afectados todo alrededor, serían 3 hectáreas afectadas, pero si tenemos 25 fincas de 1 hectárea el efecto borde se multiplica y ya serían 8 las hectáreas afectadas sumando todas las parcelas”, argumenta.

Los 10 metros de perímetro en una finca de 25 hectáreas son 3 hectáreas pero si las tenemos en piezas de 1 hectárea los bordes suman 8 hectáreas

Por lo que, dice, “la solución al efecto borde es meter subsolador y cuidar la fertilización de los perímetros, porque si la finca tiene media hectárea no se le puede poner ni sacar y en Galicia sabemos que abunda el minifundio”, lamenta.

Elección de la variedad

David recomienda labrar “variedades rústicas”. “Para mí una variedad rústica es aquella tolerante a estrés hídrico, que tenga un buen vigor de nascencia, que sea productiva pero a su vez digestible, que tenga un buen tallo frente a fusarium, y que sea resistente frente a algunas enfermedades foliares frecuentes como la rolla o el helminthosporium”, describe.

Considera que se debe escoger el tipo de variedad en función de la finca y el destino final del cultivo, diferenciando por ejemplo el maíz para ensilado del labrado para hacer grano húmedo, aunque en caso de no tener claro a que se va a destinar “existen variedades polivalentes para ambas cosas”.

Yo aconsejo acortar el ciclo del maíz destinado a grano húmedo y labrarlo en fincas más secas para poder recogerlo justo después de acabar de ensilar y que no tenga que quedar un mes más

Lo que sí aconseja es acortar el ciclo del maíz destinado a grano para poder hacer la recogida del grano húmedo justo al acabar de ensilar el otro maíz “y que no pase lo que ha sucedido este año, que se puso a llover y estaba aún en las fincas el maíz para grano húmedo sin recoger”.

Distribución uniforme de la semilla

La siembra es la parte más delicada del cultivo, donde no tenemos margen de volver atrás. “Si dejamos este trabajo bien hecho, bien hecho queda, pero si lo dejamos mal hecho, mal hecho queda hasta el final del ciclo”, insiste, por lo que recomienda revisar el estado de la máquina que vayamos a emplear.

sementeira millo

“La fecha ideal para mí está entre el 10 y el 25 de mayo, porque antes de esa fecha hay más problemas de encharcamiento, posibles heladas y plagas como la mosca de siembra o el gusano blanco y una vez pasado el 25 de mayo la competencia con las malas hierbas es brutal, porque el desarrollo de las malas hierbas es mayor que el del propio maíz, a parte de la proliferación de ataques de insectos, en concreto lepidópteros”, describe.

Para mí, la fecha ideal para labrar está entre el 10 y el 25 de mayo

La profundidad a la que se debe labrar varía entre los 5 y los 8 centímetros, pues depende del momento en el que se realice la siembra y de la variedad elegida. “Debemos hacer siembras más superficiales cuando tenemos una semilla menuda o de poco vigor o si se prevén días de mucha lluvia posteriores a la fecha de siembra y, por el contrario, haremos siembras más profundas cuando tenemos un calibre de semilla muy grueso o se prevé sequía, porque nos hace falta un 30% del peso de la semilla en agua para que pueda germinar, por eso hay que variar la profundidad en función del tipo de semilla que vayamos a labrar y la climatología prevista”, recomienda. En cuanto a la velocidad de siembra (entre 4 y 7 km/h), hay que adaptarla siempre al estado de la máquina y al estado del suelo.

Si tenemos problemas de pájaros es recomendable labrar a mayor profundidad para dificultarles que puedan arrancar la semilla

A la hora de establecer la densidad óptima de semilla es útil aprovechar los datos que nos proporcionan los mapas de rendimiento de la cosecha de los años anteriores. La dosis habitual está entre las 90.000 y las 100.000 plantas por hectárea, pero la siembra variable permite meter más semilla en las zonas más productivas y menos en las zonas más conflictivas. “Podemos obtener un incremento sustancial en el rendimiento de las cosechas haciendo eso”, asegura David.

Podemos lograr un incremento sustancial de rendimiento haciendo siembra variable, metiendo más semilla en las zonas más productivas y menos en las más conflictivas

Con todo, dice, “es interesante abusar un poco del número de plantas porque de por sí vamos a tener bajas y si ponemos 80.000 plantas por hectárea y tenemos algún problema nos quedaremos con una densidad inferior a la recomendada”, advierte. Aconseja, eso sí, bajar la dosis de siembra en fincas más secas o destinadas a grano.

La distribución de la semilla entre plantas tiene que ser “perfecta en toda la finca”, dice. “Si faltan plantas o las distancias no son uniformes estamos perdiendo capacidad de producción en nuestra parcela”, alerta. Defiende también estrechar las calles para poder aumentar la distancia entre plantas. “Si estrechamos un poco las mesas de siembra podemos distanciar algo más entre plantas y los recursos del suelo serán más aprovechables”, indica.

Es interesante estrechar un poco las calles y distanciar el espacio entre plantas

Considera además “opcional pero muy interesante” incorporar un abono starter en el momento de la siembra para mejorar la emergencia y el enraizamiento de las plantas de maíz. “Hace que tenga un mayor vigor en sus primeros estadíos, por lo que se puede defender mejor de adversidades climáticas porque tiene un mayor desarrollo radicular”, considera.

Control de las malas hierbas

protocolo control pragas e malas herbas cultivo millo

La presencia de malas hierbas es “el principal problema en la producción de maíz”, afirma David, pudiendo llegar a perder hasta un 40% del rendimiento por esta causa. Pero, ¿a qué llamamos mala hierba? “Mala hierba puede ser cualquier hierba si no está en el lugar correcto”, describe.

Las malas hierbas compiten por los recursos (el agua, los nutrientes y la luz) con la planta de maíz y son refugio de plagas y patógenos que causan posteriores daños en el cultivo. Además, algunas especies de estas hierbas presentes en las fincas de maíz segregan sustancias alelopáticas (nocivas para el maíz). Por ejemplo, el Chenopodium Album y la Setaria Viridis, que retardan la floración, o la Digitaria Sanguinalis y la Cyperus Rotundus, que reducen el crecimiento y producen una merma severa del rendimiento.

malas herbas cultivo de millo

Para combatir las malas hierbas David recordó algunas pautas a seguir: “lo primero es identificar las diferentes especies de malas hierbas presentes en las fincas (hoja ancha, estrecha o ambas) y saber en qué estadío se encuentran”, dice. A continuación, “tenemos que buscar una solución que sea lo más respetuosa posible con el cultivo, porque lo que queremos es matar a la mala hierba pero sin afectar al maíz”, evidenció.

Las malas hierbas son la principal causa de merma del rendimiento en el cultivo del maíz, pudiendo llegar las pérdidas al 40%

A la hora de aplicar el tratamiento es necesario tener en cuenta las condiciones climatológicas previas y posteriores a la realización de la aplicación y revisar el estado de la sulfatadora, para garantizar una aplicación correcta, poniendo boquillas antideriva para aumentar la eficacia y no dañar cultivos adyacentes. “Si tenemos un 10 o un 15% de producto que nos marcha en forma de nube estamos perdiendo un 10 o un 15% de efectividad en nuestro tratamiento”, razona David.

En cuanto a las dosis, recomendó seguir las directrices del fabricante respetando las dosis fijadas, sin incrementarlas. “El fabricante es el mayor interesado en vender el producto, no le tenemos que ayudar nosotros aumentando las dosis”, argumentó.

Para evitar las posibles resistencias no se debe usar siempre, año tras año, el mismo producto o materia activa. “El amaranthus es hoy la mala hierba que presenta mayor resistencia a los herbicidas”, reconoció.

Tenemos que buscar una solución que sea lo más respetuosa posible con el cultivo y con el medio ambiente

Un protocolo fácil de cumplir para el control de plagas y malas hierbas en el cultivo de maíz comenzaría con la aplicación de un insecticida más un herbicida de preemergencia tras la siembra, “lo que nos daría cierto margen para evitar que las malas hierbas se nos adelanten y que una posible plaga, como puede ser la rosquilla, pueda esperar hasta la aplicación del segundo tratamiento, el de postemergencia. Eso nos da cierta tranquilidad, porque en caso de venir después mal tiempo tendríamos a nuestro cultivo protegido; en caso contrario si hay un ataque de rosquilla y llueve, por lo que no podemos entrar a tratar, podríamos perder hasta un 15% de las plantas”, dice David. Existe también la posibilidad de aplicar tratamientos para evitar los ataques de pájaros o insectos, pero descarta “meterlos por sistema”.

Cada vez que entramos en la finca perdemos un 2% de las plantas

Una vez que se produce la nascencia hay que revisar que no hay ataques de pájaros, de gusano blanco, o de alambre y antes de hacer el tratamiento de postemergencia se debe revisar también qué tipo de malas hierbas son las que hay en la finca porque “si no hay hierbas de hoja estrecha no tenemos por que meter un herbicida de hoja estrecha; igual arreglamos solo con uno de hoja ancha”, argumenta.

Esta aplicación de herbicida, que se haría cuando el maíz tiene entre 4 y 5 hojas, habría que acompañarla también de un insecticida “para que nos dé la garantía de llegar al final del cultivo sin plagas y con el maíz sano”, dice.

Si esta aplicación combinada no fuera suficiente para controlar algún tipo de mala hierba o apareciera posteriormente alguna plaga, “habría que volver a entrar a tratar”, recomienda David. “Que no os dé perezca, porque aunque cada vez que entramos perdemos un 2% de plantas, si no tratamos los daños pueden ser mucho mayores”, justifica.

El agua, un factor cada vez más limitante para el cultivo de maíz en Galicia

precipitacions millo 2018-2022 e media 30 anos

Uno de los aspectos clave para el cultivo del maíz es el agua. “Si tomamos los datos de la precipitación acumulada este año entre el 1 de abril y el 30 de septiembre vemos una variabilidad muy grande de unas comarcas a otras. En Santa Comba, por ejemplo, llovió el doble que en Castro de Rei”, detalló David.

“Sabemos que las necesidades del cultivo son de 350 litros por kilo de materia seca. Así pues, para obtener 13.200 kg de MS por hectárea (lo que equivale a 40.000 kg de materia verde por hectárea), necesitaríamos 4,6 millones de litros por hectárea de precipitaciones”, explica.

Dentro de Galicia, hay mucha variabilidad en las precipitaciones por comarcas. Este año, por ejemplo, en Santa Comba llovió el doble que en Castro de Rei

“Por eso, si tomamos el agua como factor limitante, con las precipitaciones que se dieron en Castro de Rei seríamos capaces de lograr 30.000 kg por hectárea, mientras en Santa Comba podríamos llegar a las 65.000”, añade.

Pero para valorar el efecto de las lluvias, no solo debemos cuantificar las precipitaciones acumuladas como valor absoluto, sino que debemos ver cómo se producen a lo largo del ciclo del cultivo del maíz.

Las necesidades hídricas del cultivo de maíz son de 350 litros por kilo de materia seca

“En los últimos 5 años (2018-2022) vemos que la mayor parte de las precipitaciones nos caen en los meses de invierno. La línea de tendencia que muestra la media de precipitaciones en los últimos 30 años en nuestra comunidad indica que en los meses de verano, que son los meses fundamentales desde el punto de vista del cultivo del maíz, prácticamente no tenemos precipitaciones”, destaca.

Recomendaciones frente al estrés hídrico

Por eso, añade que “en Galicia dependemos del tiempo, porque no tenemos regadío. El tiempo no lo podemos cambiar, pero sí adaptarnos a él. Tenemos que intentar que la floración del cultivo no coincida con los meses de julio y agosto, que es el período crítico de precipitaciones en Galicia, que esa floración se produzca a poder ser un poco antes”, aseguró David.

En las fincas más secas hay que sembrar el maíz más temprano y hacer un ciclo más corto

Entre los consejos que da este ingeniero agrícola y ganadero está el de escoger para labrar el maíz las fincas que tengan mayor capacidad de retención de agua y darle mayor protagonismo a los cultivos forrajeros de invierno en las fincas muy secas.

“Dentro de la superficie disponible que tengamos en nuestra explotación tenemos que intentar escoger para el maíz aquellas parcelas que tengan un mayor potencial hídrico y mayor capacidad de retener agua. En las fincas más secas es importante adelantar las siembras, sembrar ciclos más cortos y elegir variedades más rústicas resistentes al estrés hídrico que se produce en esas parcelas”, recomendó.

Más de 5.000 hectáreas afectadas por la fauna salvaje

danos fauna salvaxe cultivo de milloOtro de los factores que escapa a la mano del ganadero en Galicia son los destrozos provocados por la fauna salvaje (jabalíes, tejones y cuervos). Se estima que de las 73.600 hectáreas labradas a maíz este año en la comunidad, el 7,5% de la superficie, es decir, unas 5.500 hectáreas, se vieron afectadas por daños provocados por la fauna. “Prácticamente es una hectárea por granja”, evidenció David.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información