El coste de siembra de praderas está incrementándose considerablemente este año en Galicia, hasta en un 30% en algún caso. Al fuerte encarecimiento de las semillas y a la poca disponibilidad se añade el precio del gasóleo, que ha escalado de nuevo en las últimas semanas hasta 1,3 euros el litro.
La obligación de rotar cultivos e introducir especies mejorantes para cumplir con la PAC ha disparado este año la demanda de leguminosas y su precio. Incluso hay problemas de suministro de algunas semillas, como la veza, que está siendo muy difícil conseguir, sobre todo la de la variedad sativa, la preferida en Galicia por ser más rústica y adaptarse mejor al suelo y a la climatología de la comunidad, y que ha escalado su cotización hasta situarse por encima de los 2 euros el kilo.
Está habiendo muchas dificultades para conseguir veza y está cara
Las empresas distribuidoras están priorizando a los clientes habituales en el reparto de las pocas existencias que hay, e incluso ha habido ganaderías que han tenido que retrasar la siembra de las praderas a la espera de que llegara el pedido de leguminosas y otras que tuvieron que variar las mezclas programadas para poder labrar.
Con precios por encima de 2.000 euros la tonelada (cuando hace dos años podía estar a 600€), ni las empresas multiplicadoras ni las comercializadoras hicieron un acopio excesivo de semilla, por lo que no estaban preparadas para la avalancha de peticiones.
Las mezclas se están imponiendo este año frente a las praderas monofitas
Aunque es posible labrar una única especie de leguminosa o que las explotaciones hagan sus propias combinaciones, algunas casas comerciales han reaccionado a la nueva PAC haciendo mezclas específicas o modificando fórmulas ya existentes para añadir más leguminosa, hasta lograr sobrepasar el 50% exigido en el ecorregimen.
Veza con avena, lo más caro
La elección de las semillas varía de manera importante el coste final de siembra, que depende de varios factores, entre ellos el tipo de variedad, las proporciones empleadas en la mezcla, las dosis por hectárea utilizadas y el destino final del cultivo.
La subida de precio está afectando sobre todo a la veza dentro de las leguminosas y a la avena en la parte de los cereales, aunque se da un efecto contagio que acaba por provocar un encarecimiento generalizado en el resto de semillas, ya que la falta de una produce una sobredemanda en otra. Por ejemplo, la escasez de veza está derivando en mayor demanda también de guisante como alternativa para las mezclas con cereal.
El triticale y el centeno están a precios equiparables y un poco más asequibles, pero la avena es más cara este año que en otras campañas. Con los precios que se están manejando en esta campaña, sembrar una hectárea de veza con avena como cultivo de invierno para ensilar, para lo cual serían necesarios unos 150 kg/ha (80 de veza y 70 de avena), puede llegar a los 300€ solo de semilla.
Los cultivos de invierno con veza pueden llegar en esta campaña a los 300€/ha sumándole el cereal para acompañarla
Para las explotaciones que labran la veza no como cultivo forrajero, sino para no dejar la tierra vacía, enterrando después la leguminosa como abono en verde, las dosis son más bajas, pero como poco hay que meter entre 40 y 50 kilos por hectárea, lo que supone unos 110 €/ha. Si en vez de echar una única especie (veza, guisante o altramuz solo) se opta por una mezcla de varias leguminosas se logra abaratar algo el coste, que puede situarse en 90€/ha con dosis de 35 kg/ha.
Labrar una pradera de raigrás costaría unos 150€/ha en total entre semilla y trabajo. Si se mezcla con trébol serían 40€ más
La siembra de praderas de hierba solo con gramíneas sale un 40% mas barata que mezclada con trébol, pero por menos de 90€/ha es difícil echar cualquier raigrás. Si se le mezcla trébol y se quiere que sirva para cumplir con el ecorregimen, para lo cual la leguminosa tiene que ser mayoritaria, el importe sube hasta los 120€. En este caso una mezcla habitual podría consistir en 13 kg/ha de trébol violeta y 12 de raigrás italiano, por ejemplo.
Entre 60 y 80 euros por hectárea de laboreo
A esos costes, solo de la semilla, habría que añadir los de laboreo y siembra. Las empresas de servicios también han subido tarifas, unos 10€ con respecto al año pasado, por lo que el coste del trabajo de siembra se movería entre los 60 y los 80€/hectárea, que sería el coste de una hora de grada rápida o combinada.
Las empresas de servicios están repercutiendo también la subida del gasóleo y de los intereses de los préstamos para comprar la maquinaria
Si se paga por sacar el purín, habría que sumar también esas horas, porque aunque para labrar la leguminosa tras el cultivo de maíz no sería necesario fertilizar, la mayoría de las ganaderías no disponen de capacidad de almacenamiento suficiente para el purín para aguantar todo el año sin sacarlo, hasta volver a labrar de nuevo el maíz la primavera que viene, por lo que aprovechan la siembra de las praderas en otoño para vaciar las fosas de purín de cara a la llegada del invierno.
Más proteína en los silos para lograr un abaratamiento de la ración
Más allá de los beneficios agronómicos de las leguminosas como cultivos mejorantes de los suelos, una consecuencia directa del incremento de la superficie labrada con este tipo de especies va a ser un aumento del contenido proteico de los ensilados de los que dispondrán las ganaderías gallegas el próximo año, lo que les permitirá ajustar la ración y reducir la compra de insumos como soja o colza.
Cuanta más leguminosa haya en la mezcla, más proteína pero menor cantidad de materia seca
La veza alcanza porcentajes del 20% de proteína, al igual que las mezclas de tréboles, y el guisante incluso supera esos niveles. Al mezclar con una gramínea (el raigrás tiene un 7%) o con un cereal (la avena aporta un 8-9% y el triticale un 13%) se reducen los porcentajes medios, que pueden llegar al 17-18%.
Pero estas fórmulas para cumplir con el ecorregimen de la PAC, donde predomina la leguminosa, son mezclas difíciles de ensilar, ya que son combinaciones forrajeras muy altas en proteína y bajas en carbohidratos no exentas de riesgos a la hora de la conservación (es recomendable, por ejemplo, el uso de inoculantes a base de bacterias). Leguminosas como los guisantes contienen proteínas muy solubles, en ocasiones difíciles de trasladar a la ración, y que penalizan la cantidad de forraje en términos de materia seca obtenida.
Piden que, de modo excepcional, no se exija este año el requisito del 5% de la superficie labrada con leguminosas
Ante la carestía y escasez de semillas, en Cataluña la organización de productores Unió de Pagesos, que está integrada a nivel estatal en Unión de Uniones, ha solicitado a la Generalitat de Cataluña que haga una excepción este año dentro del ecorregimen de cultivos mejorantes y no exija que el 5% de la superficie se labre con leguminosas como semilla principal, debido a la caída de la producción de semilla certificada de leguminosas coincidiendo con un año de fuerte demanda.
Sin embargo, desde la Asociación de Empresas Productoras de Semillas Selectas (APROSE), rechazan de plano esta petición y aseguran que tendría importantes consecuencias negativas para las empresas multiplicadoras.
En el conjunto de España, están acogidas al ecorregimen de rotación casi 7 millones de hectáreas, lo que obligaría a labrar 350.0000 hectáreas con leguminosas
Los productores de semillas dicen que para garantizar el suministro en esta campaña, y ante la escasa cosecha en España, tuvieron que aprovisionarse a un coste elevado en otros países, por lo que, de no dar salida ahora a esta mercancía, sufrirían pérdidas considerables.
Cosecha muy escasa y altísima demanda
La situación de falta de semilla de leguminosa se viene arrastrando desde la campaña pasada. La sequía, y después las heladas, mermaron la anterior cosecha de semilla certificada de manera muy considerable.
Tanto, que los rendimientos bajaron de 1.200 kg por hectárea a solo 300, insuficientes para cubrir una campaña de siembra normal, y mucho menos esta, donde la demanda se ha disparado.
Debido a la falta de veza, muchas explotaciones han optado por los guisantes para mezclar con los cereales de invierno
A la mala cosecha se añade el hecho de que casi siete de cada 10 hectáreas dedicadas a tierras de cultivo en España se acogieron al ecorregimen de rotación con especie mejorante, lo que equivale a casi siete millones de hectáreas. Habría que echar leguminosas al menos en el 5% de esa superficie, lo que significa que unas 350.000 hectáreas tendrán que ser sembradas con leguminosa en esta campaña en el conjunto de España.
Debido a la falta de veza, muchas explotaciones han optado por los guisantes como sustitutos para mezclar con los cereales de invierno. La veza es un cultivo forrajero, por lo que la cantidad de semilla que se cosecha es mucho menor que en el caso de los guisantes.
Semillas importadas
Para cumplir con lo fijado en la PAC se exige labrar semilla certificada. El problema es que el proceso para su puesta en el mercado requiere de una planificación a largo plazo, por lo que no es fácil incrementar la producción de un año para otro.
Por eso, Unión de Uniones también pide que se permita, excepcionalmente, el intercambio entre agricultores, aunque no se trate de semilla certificada, para poder cumplir con la PAC de este año.
La veza o cereales como la avena, el centeno o el trigo proceden mayoritariamente de empresas multiplicadoras españolas, pero algunas variedades del trébol utilizado en las siembras de pradera en Galicia proceden de países tan alejados como Australia. En el caso de gramíneas como el raigrás, es frecuente que las semillas vengan de EEUU.