Prácticas con las que paliar la sequía en los pastos

La sequía en los pastos está impactando en las ganaderías de leche y carne del interior gallego, que se ven obligadas a aumentar el consumo de silos y la compra de forrajes como alfalfa. Repasamos la situación y consejos para paliar la sequía en los prados

Prácticas con las que paliar la sequía en los pastos

La gestión del pastoreo incide en su mayor o menor resistencia a la sequía, como se aprecia en la imagen, con la finca de la derecha (menor gestión) más seca que la de la izquierda (mejor manejo). / Imagen: María Osorio.

La falta de lluvias ha provocado serios daños en el maíz y que muchos de los pastizales estén más secos de lo habitual a estas alturas del año, lo que obliga a buscar otros sustentos para el ganado durante más tiempo. “Los prados están muy secos y buena parte de los ganaderos ya no llevan las vacas al pasto y las alimentan a base de alfalfa y otros forrajes, lo que está suponiendo un nuevo gasto extra para las ganaderías”, explica Rocío Corral, presidenta de la cooperativa Coafor, de Forcarei (Pontevedra). En esta zona, debido a la gran incidencia de jabalí, la mayoría de las ganaderías dejaron de sembrar maíz y se centran en el pastoreo, por lo que la falta de pasto está suponiendo un gran impacto en las granjas.

También en el ayuntamiento vecino de Rodeiro, que cuenta con un importante número de ganaderías en pastoreo, están teniendo una importante incidencia de la sequía en los pastos. “Las vacas las estamos teniendo a base de silo, ya que no queda pasto”, apunta Montes. En la cooperativa se preparan ya para hacer la siembra directa en aquellas praderas a las que no se le dejó caer las semillas de la hierba antes de la corta. La situación en los pasteros de Chantada, acostumbrados a la sequía, es también muy semejante.

Mientras, a diferencia con lo que acontece en el centro de Galicia donde ya casi no queda pasto, en ayuntamientos como Riotorto (Lugo) en la cooperativa Clun aún estuvieron haciendo siegas para silos de hierba hace poco más de una semana y cuentan con pastizales verdes.

Buenas prácticas
El final del verano deja habitualmente a las ganaderías sin pasto en Galicia. Sin embargo, mantener pasto el mayor tiempo posible, más aún con las altas temperaturas y falta de lluvias que se están registrando este verano y que son cada vez más frecuentes es uno de los retos para las ganaderías, en especial para las de pastoreo, ya que el pasto es fundamental en la ración del ganado. El manejo que se hace del pastizal y de la tierra puede ser fundamental para disponer más tiempo de pastos, pese a las olas de calor.

“Las buenas prácticas de pastoreo pueden ayudar mucho a mitigar la sequía. Un pasto con uno manejo adecuado puede aguantar entre 15 días a 3 semanas más”: Xan Pouliquen, ingeniero agrónomo

“La manera en la que pastamos influye mucho sobre la capacidad del pasto para aguantar la sequía. Las buenas prácticas de pastoreo pueden ayudar mucho a mitigar la sequía. Un pasto con un manejo adecuado puede aguantar entre 15 días a 3 semanas más”, explica Xan Pouliquen, ingeniero agrónomo y asesor agroganadero especializado en la gestión del pasto.

Entre los factores que determinarán un manejo acertado del pasto, tal y como señala Pouliquen, se encuentran cuestiones como: fraccionar el pasto, controlar la entrada de los animales en función del estado de la hierba, la carga ganadera de la parcela, la altura a la que se corta la hierba, el momento en el que se hace la siega para el ensilado, el tiempo sin pastorear que se dejan los pastizales… “Hay muchos factores que condicionan el manejo, se trata de tener conocimiento sobre el pastoreo”, apunta el experto.

El tipo de especies herbáceas de las praderas también es un factor que puede contribuir a mitigar la sequía, puesto que las hay con mayor o menor resistencia al estrés hídrico. En este sentido, Pouliquen recomienda optar por praderas con diversidad de especies. Además tanto entre los tréboles como entre los raigrás existen variedades con una mayor resistencia a la sequía que otras. Señala también que especies de gramíneas como el dáctilo o la festuca son hierbas a tener muy en cuenta por su capacidad para aguantar la sequía, aunque cómo reconoce el experto, no suelen gustar mucho a los ganaderos. “La clave está en trabajar con praderas diversificadas, pero para paliar la sequía es más determinante la gestión del pasto y la tierra que la elección de las especies”, indica.

“Estamos tratando muy mal la salud de la tierra, lo que hace que seamos más sensibles a la sequía”

Al margen de la gestión del pasto, Pouliquen incide sobre el impacto negativo que tienen prácticas muy habituales sobre la salud de la tierra. “Estamos tratando muy mal la salud de la tierra, con prácticas que le afectan en gran medida, lo que hace que seamos más sensibles a la sequía”, detalla Pouliquen. Entre las prácticas más perjudiciales señala el laboreo de la tierra o el empleo de fertilizantes químicos o purín en vez de materia orgánica.

La recuperación de los antiguos sistemas de riego tradicionales, en desuso por los cambios de manejo y gestión de la tierra que se llevaron a cabo en casi toda Galicia, puede ser también una vía para conseguir pastizales durante más tiempo. Así lo apuntan también ganaderías centradas en el pastoreo, como la de María Osorio, en los Ancares, que reflexionaba estos días en sus redes sociales sobre la importancia de este tipo de medidas para paliar los efectos de la sequía.

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