Ganadería Vence, la granja de uno de los promotores del cooperativismo agroganadero en Galicia

José Vence ha sido político, es cooperativista y ante todo se reconoce ganadero. Conocemos la ganadería ecológica de vacuno de leche del que fue durante más de 20 años presidente de la cooperativa O Rodo, en Rodeiro

Ganadería Vence, la granja de uno de los promotores del cooperativismo agroganadero en Galicia

José Vence, uno de los promotores del cooperativismo en Rodeiro, tiene hoy una ganadería familiar de vacuno de leche en ecológico.

José Vence Deza, conocido entre sus vecinos de Rodeiro por Pepe o directamente por su apellido, es uno de los nombres vinculados al cooperativismo agrario en este ayuntamiento pontevedrés. Él fue uno de los promotores de la cooperativa O Rodo, fundada a comienzos de los 80, y que hoy es una de las entidades agrarias destacadas del centro de Galicia con unos 360 socios y cerca de 200 ganaderías de leche asociadas.

Tras estar emigrado en Suiza de joven, Pepe regresó a Rodeiro y se implicó tanto en la ganadería familiar de vacuno de leche como en el cooperativismo. En la ganadería se centró en una producción en convencional durante años, pero hace ya cerca de 7 que decidió dar el paso a ecológico. «Nosotros realmente ya pastoreábamos y estábamos haciendo casi un manejo en ecológico, por lo que nos decidimos a dar el paso», explica Vence.

«Vimos que ya había unos precios competitivos para la leche ecológica y como ya estábamos llevando nuestras vacas al pasto, nos decidimos a dar el paso»

Fue una charla informativa organizada por la cadena Lidl y Leche Celta en la localidad vecina de Lalín lo que acabó de convencerlo. «Vimos que ya había unos precios más competitivos para la leche en ecológico, ya que en los primeros años casi te empeñabas produciendo en ecológico», comenta. Hoy se siente conforme de haber dado el paso, aunque eso supuso algunos cambios, sobre todo en la producción de forrajes.

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Las vacas en producción pasan en el pasto buena parte del día y tanto la recría como las secas incluso duermen fuera casi todo el año.

O Carballo, una aldea propicia para el pastoreo

Vence tiene un rebaño de unas 43 vacas en ordeño, a las que se suman otras 25 entre novillas, recría y vacas secas. La mayor parte son de raza frisona aunque también tiene algún cruce de Pasiega y Jersey, sobre todo por las calidades de la leche que ofrece esta raza. Desde que está en ecológico su producción se sitúa alrededor de los 900 litros al día, con unas calidades de 4% de grasa y un 3,28% de proteína. «Con el cambio tuvimos una bajada en la producción de leche, al reducir el número de animales para ajustarnos a las exigencias por la superficie de tierra que trabajamos. Además, bajaron los litros de leche por vaca», reconoce.

Con todo, ve positivo estar en ecológico y afirma que es un sistema para el cual su granja y tierras se adecuan. «En otras ganaderías es más complicado producir en ecológico, pero en nuestro caso buena parte de las fincas están cerca de la granja y además no tenemos que cruzar carreteras con tráfico cuando llevamos las vacas de una finca para otra», comenta. Así, las vacas en producción pasan buena parte del día fuera, después de ser ordeñas, y tanto la recría como las vacas secas suelen incluso dormir en el prado buena parte del año, aunque también tienen una parcela adaptada y con un cubierto donde pueden estar en los días más duros del invierno.

Buena parte de la base territorial que maneja la ganadería se encuentra en las cercanías de la granja, sin tener que trasladar el ganado por carreteras con tráfico

En esta aldea de la parroquia de Álceme, dieron los primeros pasos para tener la tierra concentrada ya en los años 60. «Una de las tres familias de la aldea decidió marchar y vender la tierra, las otras dos se la compramos ya viendo las que mejor se prestaban para juntar con nuestras fincas», recuerda Vence. Con todo, a comienzos de los años 80 en la aldea de O Carballo se volvió a afrontar una reordenación con la que abrieron nuevos caminos y también transformaron en labradío buena parte de las parcelas. Hoy, la ganadería maneja unas 37 hectáreas de terreno, solo 2 de ellas alquiladas.

Cambios en el manejo de la tierra

Al comenzar a producir bajo el sello ecológico tuvieron que introducir también un manejo diferente de la tierra. «En los primeros años de transición a ecológico aun seguimos cosechando maíz, pero con la limitación de los herbicidas tradicionales no conseguimos hacerle frente a otras hierbas como los cenizos, que terminaban por cubrir la parcela y no dejar salir adelante el maíz, por lo que decidimos dejar de meter silo de maíz. No creo que lo volvamos a echar más, la experiencia fue muy mala», detalla.

Ahora los esfuerzos se centran en tener las praderas en las mejores condiciones todo el año y en disponer de un bueno forraje de hierba y en cantidad suficiente. «Tenemos praderas en las que es más difícil trabajar con maquinaria pesada, por la orografía del terreno y esas intentamos que las pazcan las vacas en vez de segarlas», explica. En el resto, solemos sacar 3 cortes, dos de silo y uno para seco.

«Como mejor conseguimos regular las variaciones que produce el pasto en la producción de leche es con la harina de maíz»

Junto con el pasto, el silo, y la hierba seca, la ración de las vacas en producción se complementa con entre 7 y 8 kilos de harina y pienso. «Como mejor conseguimos regular las variaciones que produce el pasto en la producción de leche es con la harina de maíz. Vamos viendo las condiciones de la pradera y se le va variando también la ración de harina», explica.

El cuidado de la pradera ya tenía mucha importancia en esta ganadería por el pastoreo que hacían incluso con una producción en intensivo. Con el cambio a ecológico, al dejar de producir silo, se esmeran por hacer un excelente aprovechamiento y mantenimiento de las praderas durante todo el año. Optan por mezclas de Ray grass italiana e inglesa junto con gramíneas como el Dáctilo y trébol. «Desde que estamos en ecológico el trébol se regenera él sólo», apunta Vence.

Buena parte de las praderas se encuentran en zonas húmedas, al lado del río Arnego. Estas parcelas acostumbran a ser propicias para obtener las semillas de la hierba, que luego emplean para resembrar el resto de praderas. «Sembramos todo con nuestra propia semilla y sólo renovamos la pradera cuando realmente lo precisa», apunta el ganadero.

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En las parcelas situadas en la rivera del río Arnego suelen obtener las semillas con las resembrar las praderas.

Los trabajos en el día a día de la granja los reparten entre Pepe, su mujer Marisol y Marcos Vázquez, un empleado que lleva ya varios años con la familia. «Nosotros siempre tuvimos la suerte de contar con trabajadores muy implicados, que cuidan muy bien de los animales y que casi terminan por ser como uno más de la familia», comenta Vence. El reparto de las tareas va variando en función de las necesidades, sin embargo en rutinas como el ordeño siempre acostumbran a estar dos personas.

«Rodeiro no sería lo que es hoy sin la cooperativa O Rodo»

-En tu ganadería, ¿sigues trabajando con la cooperativa O Rodo?
-Sí, por supuesto. Nosotros todos los trabajos que requieren de maquinaria, excepto el abonado, los hacemos con la cooperativa. El esfuerzo que se vino haciendo en O Rodo por contar con un parque de maquinaria de los más grandes de la provincia de Pontevedra permite que los socios podamos tener unos buenos servicios.

-Estuviste en los primeros pasos para fundar la cooperativa en Rodeiro, a principios de los 80, con la Asociación A Camba, precursora de O Rodo, ¿cómo recuerdas aquellos comienzos?
-Los comienzos fueron bastante complicados, aunque tuvimos bastante suerte al contar con el apoyo de la empresa que por aquel entonces nos compraba la leche (Danone), con la que seguimos trabajando hasta que tuvimos un desacuerdo años después a raíz de la compra de cuota, en la que los socios habían hecho un esfuerzo muy grande por adquirir y que nos llevó a dejar de trabajar con ellos. En aquellos años, cuando se creó la cooperativa se llegó a triplicar la producción de leche. La cooperativa fue creciendo muy rápido y en poco más de 3 años casi el 70% de las ganaderías del ayuntamiento de Rodeiro eran socios de O Rodo. Desde la cooperativa se hicieron multitud de iniciativas como cursos de incorporación para gente joven y formación que ayudaron a que el sector ganadero haya continuado a crecer en la zona. Rodeiro no sería lo que es hoy sin la cooperativa O Rodo.

-Años después participas también en la fusión Carboar. En aquel momento presidías tanto O Rodo como la cooperativa de segundo grado Xuncoga, ¿cuál fue el secreto para lograr el éxito de este proceso?
-Se comenzó a valorar que en el ayuntamiento de Rodeiro debía de haber sólo una cooperativa y hubo el apoyo tanto de los socios de O Rodo como de Carboar para llevarlo a cabo. Siempre habíamos tenido una buena relación entre las dos cooperativas y eso ayudó mucho en el proceso de fusión. Hubo una muy buena voluntad por parte de ambas entidades para realizar la fusión, pese a la diferencia de tamaño, ya que O Rodo contaba en ese momento ya con unos 300 socios y Carboar tenía alrededor de unos 70. También fue fundamental el trabajo de dos personas de la cooperativa Carboar: Natalio García, su presidente; y Manuel Carral.

-¿Qué os movió a asociaros? ¿Tuvisteis contacto con algún otro proyecto que os inspirase? 
– Cuando nosotros comenzamos a trabajar para fundar la cooperativa fue un poco motivados por cooperativas que veíamos que estaban funcionando bien a nuestro alrededor, como Aprodeza, en Lalín, o Sila, ya desaparecida, en Silleda. También vino un poco motivado por el descontento que veíamos en los ganaderos por prácticas de las industrias lácteas. La cooperativa también permitió la compra centralizada, que fue una importante mejora para los ganaderos al lograr precios más competitivos.

«La cooperativa tiene que seguir apegada y próxima al socio y al campo, para que el socio se sienta partícipe de ella»

-¿Cómo ves la evolución del cooperativismo gallego? ¿Qué opinión tienes de las grandes cooperativas de segundo grado que están operando ahora en Galicia como Aira o Clun?
-Las grandes cooperativas están pudiendo ofrecer importantes ventajas a sus socios, sobre todo a la hora de negociar los precios tanto de sus productos como para la compra de insumos, pero yo soy de los que pienso que la cooperativa tiene que seguir apegada y próxima al campo y al socio, para que se sienta partícipe de la cooperativa. Nosotros en O Rodo tenemos socios que ya no tienen ganadería, pero que quieren seguir siendo socios de la cooperativa, del proyecto, y siguen yendo a las asambleas y siendo partícipes de ella. Con las cooperativas de mayor tamaño el socio ya no tiene esa vinculación directa, ya votan las decisiones las directivas de las cooperativas, no el propio socio. Yo creo que las cooperativas de gran tamaño pueden ser interesantes pero deben mantenerse al lado del socio.

-Después de los años que se lleva comentado también de un proyecto así en Deza, con una asociación de cooperativas, ¿crees que se llevará a cabo?
-Lalín es un ejemplo claro de lo que no se debe hacer. No puede ser que en un solo ayuntamiento haya tal número de cooperativas. Se han dado varios intentos, pero aún sigue sin verse esa fusión.

-También se había hablado ya la fusión o adhesión de la Cooperativa de Gandeiros do Deza (Castro de Cabras – Lalín) a la cooperativa de O Rodo. ¿Está encaminada?
-Aunque está en otro ayuntamiento, por cercanía y la colaboración que hay ya con O Rodo, creo que terminará por llevarse a cabo.

-Tu labor al frente de O Rodo remató en el 2009, cuando asumiste el cargo de alcalde. Viviste en primera persona la relación entre el campo y la política, ¿cómo valoras esta relación?
-Yo creo que es una relación buena y necesaria. El campo necesita de la política, precisa de políticos comprometidos con el campo y que busquen oportunidades para él. Hoy seguimos a precisar gente que esté comprometida con esos aspectos más sociales del campo, con los servicios para evitar que la gente joven se marche y procurar un futuro tanto para los que viven ya en el campo como para que haya futuro en el campo y con calidad de vida.

-¿Qué balance haces de tu experiencia en el cooperativismo?
-Sólo puedo hacer un balance muy positivo de la experiencia. Los años en la cooperativa me permitieron aprender mucho, fue un aprendizaje permanente sobre el campo, al estar en contacto directo con la gente. Yo les tengo un gran cariño a los socios de O Rodo y a la cooperativa.

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