Parada dos Montes, una comunidad de O Courel que busca renacer de las cenizas

El gran fuego que arrasó este verano a sierra llevó por delante todo el monte vecinal de este pueblo de A Pobra do Brollón, que tiene ahora que proyectar la restauración de cerca de las 950 hectáreas que maneja

Parada dos Montes, una comunidad de O Courel que busca renacer de las cenizas

Marcos Ferreira y Marisol Martínez son dos de los testigos que cuentan el proyecto de Parada dos Montes

La Comunidad de Parada dos Montes (A Pobra do Brollón) resultó seriamente afectada por el gran incendio de la Serra do Courel de este pasado verano, en el que ardieron más de 12.000 hectáreas. El fuego llegó al monte comunal y les calcinó 950 hectáreas de terreno forestal, de las que unas 500 estaban destinadas al aprovechamiento maderero. Ahora, la comunidad quiere repensar su proyecto para lo monte.

Distribución del territorio, proyecto futuro y problemas de base
El proyecto forestal de Parada dos Montes se conecta con la propia aldea, que desde hace dos años se ha convertido en una aldea modelo con la idea de recuperar los terrenos personales que la rodean, ahora transformados en un espacio cercado y limpio.

Los terrenos de la aldea modelo son mayoritariamente pastizales destinados a la única hacienda del lugar. “Ahora incluso tengo ocho vacas que son las que pacen todo el pueblo, como quien dice. Yo le pago una cantidad a la Xunta por su uso, que luego reparten entre todo el vecindario propietario. A cambio de eso tenemos las parcelas de cerca de nuestras casas limpias y cercadas, una cuestión que evita que el fuego llegue a las viviendas”, afirma Marisol Martínez, ganadera en Parada dos Montes.

“Con la aldea modelo tenemos las parcelas de cerca de nuestras casas limpias y cercadas, una cuestión que evita que el fuego llegue a las viviendas” (Marisol Martínez)

“Más allá de las viviendas y de las fincas que rodean la aldea, se encuentran, en un círculo más abierto, los terrenos personales que ya no tienen uso y que fueron los primeros en quedar abandonados; sobre estos no tenemos actualmente capacidad de gestión. A partir de ahí, ya sería el territorio de la Comunidad de Montes de Parada dos Montes”, explica Marcos Ferreira, secretario de la comunidad y vecino.

El monte vecinal está conformado por 950 hectáreas de monte clasificado, que estaban en distintas situaciones. “Las 600 hectáreas que estaban conveniadas con la Xunta se destinaron a aprovechamiento maderero, por lo que hay diferentes especies de pino -pinaster, sylvestris y radiata- de distintas edades. El resto del monte está sobre todo a raso y otras zonas pequeñas tienen frondosas, aunque la mayor parte de las frondosas corresponden a propiedades personales. Por eso, cuando la Comunidad cogió la gestión directa del monte, lo que se encontró fue una superficie muy grande dedicada a la madera de pino”, detalla Marcos Ferreira.

“Cuando la Comunidad cogió la gestión directa del monte, lo que se encontró fue una superficie muy grande dedicada a la madera de pino” (Marcos Ferreira)

Tras la gran ola de incendios de este verano, las 950 hectáreas de los vecinos de Parada ardieron por completo. “El proceso que se siguió a partir de esto fue llorar, luego cubicar la madera quemada de diferentes formas -manualmente y con tecnología lidar- y luego subastarla. Una vez se venda y si corte, toda la cantidad obtenida se destinará a regenerar el monte de la Comunidad y a intentar gestionar aquellos terrenos que están abandonados para darles un uso, como por ejemplo, para frutales”, amplía sobre el proyecto futuro comunal el secretario.

“Toda la cantidad obtenida se destinará a regenerar el monte de la Comunidad e intentar gestionar aquellos terrenos que están abandonados para darles un uso, como por ejemplo, para frutales” (Marcos Ferreira)

El problema que se encuentra la comunidad de montes es la falta de población. “En el núcleo no hay gente, por lo tanto, si queremos mantener gestionado el territorio y pretendemos resolver el tema de los incendios es fundamental que haya gente que tenga ganado para controlar el territorio que nos rodea. Hay que pensar en un proyecto integral”, comenta Ferreira.

Por este motivo, Marisol Martínez critica la falta de apoyos que ve para el rural, “ya que dicen que lo apoyan pero seguimos teniendo estos problemas; la gente no quiere venir para los pueblos y la actividad ganadera es necesaria, pero en este caso, soy la única ganadera que queda aquí en Parada, y para llegar el fin de mes solo con el ganado es muy complicado porque estamos vendiendo a pérdidas”, valora. “De seguir así, el futuro pinta muy complicado”.

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